Raymond J. Wennier

Igual que las emociones de una persona juegan un papel indispensable en su actuar, como un filtro para reaccionar ante estímulos, el tema de la educación también juega un papel indispensable en el actuar de las personas en todos los campos disciplinarios en que interactúan. La educación tiene que estar en primera fila en todos los foros y debates de los candidatos a presidente y vicepresidente. No se pone suficiente énfasis en el tema, con una o dos preguntas. No importa si se habla de seguridad, de economía, de salud o de cualquier otra área social, la base es la preparación y la formación recibidas por los niños y jóvenes de Guatemala. Si se quiere darle la importancia que tiene a la educación, es necesario un foro sobre ese único tema.

Las estadísticas reflejan una situación en un tiempo y en espacio dados pero no necesariamente se dan las razones por tal o cual resultado.

Guatemala está conformada por jóvenes entre los 18 y los 40 años de edad, representan el 57% de la población. El 50% de cero a cinco años sufren desnutrición. La pobreza afecta al 50% de la población. Los bajos ingresos no permiten que los niños asistan a la escuela por tener que ayudar a sus padres a tener más ingresos.

Ahora bien, ¡Sorpresa! No es únicamente Guatemala. También los Estados Unidos tienen sus dificultades con los niños de temprana edad. Los niños de dos años, según estudios realizados por Paul L. Morgan de Pennsylvania State University, dice que quienes tienen mayor vocabulario demuestran tener mejor rendimiento académico escolar en matemáticas y lenguaje. Tomó en cuenta en el estudio, la ocupación de los padres, el nivel educativo alcanzado y los ingresos de los mismos. Cita Morgan «Tener un vocabulario más reducido aún a esa edad, es predecir que están menos preparados para kindergarten».

Hace poco salió un estudio hecho por ZERO TO THREE, National Center for Infants, toddlers and Families, titulado «State of Americas Babies: 2015».

Aquí van algunos de los resultados. El 48% de las familias está en la categoría de bajos ingresos o pobres. Semejante a Guatemala.

El 23% de niños menores de tres años tiene movilidad geográfica alta. El 21% de hogares con niños menores de seis años, padece la falta de seguridad alimentaria. El 12% de niños menores de tres años tienen padres sin un diploma de secundaria. El 27% de niños menores de tres años son víctimas de maltrato.

El porcentaje de bebés nacidos con bajo peso, va del 6% en cuatro Estados hasta el 11% en tres. Riesgos de bajo peso al nacer, son: mortalidad infantil, incapacidad a largo plazo y problemas de desarrollo. El impacto escolar: Bajas calificaciones y bajos resultados en exámenes. Menor desarrollo cognoscitivo y menor probabilidad de entrar preparado a la escuela.

El estrés crónico en los primeros años de vida afecta el desarrollo neurológico, emocional y biológico. Tales experiencias afectan la estructura cerebral en esos niños. Suelen tener menos éxito en la escuela, ser menos productivos en la fuerza laboral, con mayores problemas de salud.

En Guatemala, un país pequeño, las cifras son alarmantes pero las cifras alarmantes en un país grande como Estados Unidos, siempre son preocupantes.

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