María José Cabrera Cifuentes
mjcabreracifuentes@gmail.com

Muchos han malinterpretado la premisa de Charles Darwin acerca de la supervivencia de las especies. Él indicó que subsistirían aquellas con mayor capacidad a adaptarse al cambio, sin embargo casi siempre nos cuentan que señaló que sobrevivirían los más fuertes. Partiendo de esa tergiversación, empiezo a explicar esta serie.

Con algunas excepciones, en nuestra selva encontramos a seres que en apariencia no tienen idea de cómo comportarse dentro de una sociedad civilizada. Éstos, no conocen el significado del respeto y la urbanidad. Por ello, y para que no lo agarren desprevenido, recojo en las siguientes líneas, algunos consejos para sobrevivir en un entorno de ávidos salvajes que, al mejor estilo hobbesiano, no pretenden ser más que lobos del resto de sus compatriotas y que han creado el mejor entorno para que impere la ley de la selva. ¡Empecemos!

Si es usted conductor de un automóvil esto es para usted. Los carriles son un invento sin sentido de algún ser humano con pocas ocupaciones, en realidad no sirven para nada. Escoja el que le parezca más bonito. ¡No importa! Si es lo suficientemente temerario, logrará meterse en la dirección que sea si logra intimidar al resto de conductores tirándoles el carro encima.

El significado de la luz amarilla del semáforo es un mito. ¡No se deje engañar! Lo de «precaución» quedó en el pasado. Hoy en día significa «aceleración», así que al ver titilar la luz verde, ¡no lo dude! Presione con toda su fuerza el acelerador y que se salve quien pueda. Si no le da tiempo y se queda en la intersección impidiendo el paso de los que transitan en sentido perpendicular al suyo no pasa nada, incluso si hay un agente de la PMT justo delante de usted.

Si tiene prisa y no encuentra parqueo, no vea problema en estacionarse en un lugar destinado para personas con algún impedimento, mujeres embarazadas o ancianos. Tenga por seguro que el agente de seguridad no le dirá nada. Puede también quedarse en espacios señalizados con línea roja (¿qué significará ese color?) o simplemente poner sus luces intermitentes y pararse a media calle.

Si conduce una motocicleta su situación es aún mejor. Tiene la potestad de zigzaguear a su gusto entre los carriles. Tendrá un lugar privilegiado al esperar que cambie el semáforo a verde, una especie de franja de espera V.I.P. Me refiero al paso de peatones, si es que los vehículos tuvieron el decoro de dejarlo libre. Condúzcase con confianza que si por ser imprudente (usted o alguien más) ocurre un percance, usted saldrá bien librado y el otro, a menos que sea peatón, deberá pagarlo como nuevo.

Aquellos que conducen el transporte público son quienes están mejor parados. Si es su caso, tenga en cuenta que es dueño de la calle. Por el tamaño del automotor que maneja puede moverlo como mejor le parezca, todos los demás tendrán que detenerse al ser intimidados por usted. Además, podrá pararse en el lugar que desee sin importar que no haya parada, si usted la inventa o un pasajero lo ordena, puede detenerse. Recuerde: Al cliente, lo que pida.

Si es peatón, haga caso omiso a sus derechos. Que no le importe cuando no le dejan libre el paso de cebra, acostúmbrese pues pocos tienen ese hábito. Si va a cruzar la calle y hay un semáforo peatonal, no espere a que dé verde, si está en rojo y un carro transita a la suficiente distancia, pásese la calle, total, esas lucecitas tricolores son solo un adorno que embellece a nuestra jungla. (Continuará)

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