Juan de Dios Rojas

Hemos perdido muchas cosas, pero aún persiste el ingenio chapín, aplicándose en ocasiones oportunas, un parteaguas apropiado que sirve como de lanza en ristre y también a modo de apagafuegos. Sale a luz verde en los presentes momentos muy cercanos a las elecciones generales. Pronto se ha dado a conocer, según sean simpáticas o no, de la población y ciudadanía en especial.

A decir verdad, estamos ya hasta la coronilla de tal expresión, sea mera vox populi, además, la persistente cantaleta a través de los medios, enfatizando el mensaje, componente improvisado de una publicidad a tono con los intereses y necesidades del infaltable caso publicitario, imperante a más y mejor.

El sí te toca, no te toca, desde sus inicios creemos adquirió el calificativo de pegajoso por sus cuatro costados, razón de originar bromas directas en la política incansable cierto período de tiempo, equivalente a cada cuatriaño. De labios de los diversos grupos de connacionales, a saber: niños, adolescentes, jóvenes y adultos mayores, a veces viven momentos adecuados de verdad.

La chispa guatemalense encuentra especial circunstancia de exteriorizar sin recato, tampoco las inhibiciones apropiadas, empero limitantes de la libre expresión, derecho inalienable del ciudadano, expuesto de diversos modos a la vista. Ahora cuando el guatemalteco dejó de callarse por todo, resulta fácil utilizar formas variadas de decir a plenitud su pensamiento franco.

Vino a integrarse en el acto al costumbrismo chapín, de consiguiente, anda de boca en boca, a gusto o disgusto del político, deseoso de ganancias millonarias. Sin embargo, no afirmemos su larga duración, mayormente al saberse los resultados finales de candidatos para todos los cargos públicos sin falta. De vez en cuando los conservacionistas evocan a personajes políticos y su propaganda.

Como quiera que sea, su autoría queda en el anonimato jocoso, resabios de los antepasados pertenecientes al grupo de chispudos, mismos que aseguran que las malas noticias, con pan son buenas y restantes cuestiones cuyo papel consiste en no perder el juicio por casos y cosas carentes de suma importancia. No obstante, la garra del ciudadano le sirve de coraza en política.
A propósito, ahora que arreció la actividad propagandística de todos los partidos en la palestra y debidamente inscritos en el Tribunal Electoral, grupos integrantes de propagandistas colocan posters del candidato o el binomio presidencialista, saturan postes a diestra y siniestra; no digamos las vallas que cubren el panorama, sobré todo al turista de la época agostina.

En fin, nos encontramos en plena actividad propagandista en todo el país, promocionando las candidatura al por mayor; hace mucha falta la dosis de tranquilidad en tiempos normales; el barullo consiguiente originado por los meses preelectorales, originan un ambiente tenso, inseguro, fastidioso, debido a la actividad sin formación cívica que llena los espacios por completo.

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