Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
Tras el informe de la Comisión Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) respecto al financiamiento de los partidos políticos y después que Velásquez declarara que “la corrupción es el cohesionador del sistema político”, un vocero del empresariado que presenció la rendición del informe declaró que, ante la evidencia, “había que pensar bien el voto para el 6 de septiembre”.
Así como él, mucha de la gente que participa en redes dice lo mismo e incluso se atreven a decir que, viendo el padrón electoral, los jóvenes tienen en sus manos, votando, el futuro de Guatemala.
Hay otros, incluido otro vocero del sector privado, que hacen llamados a que se analicen bien los planes de trabajo y las hojas de vida de los candidatos. Es preocupante, porque o no entienden el problema o lo entienden tan bien que no desean que nada cambie y por eso siguen alentando un sistema que solo sirve a la corrupción.
Lo que no dicen es que aquí en realidad hay que conocer bien los planes pero de los financistas (cuello blanco, crimen de cuello shuco o contratistas) porque al final del día estamos a merced de ellos, de sus deseos, de sus anhelos, de sus pretensiones y de los sueños empresariales o familiares que tengan.
No podemos cometer el error de pensar que en esta contienda uno, dos o tres son los malos, porque lo que dijo Velásquez es cierto pues todos juegan bajo esas mismas reglas que no parecen incomodarles en lo más mínimo. No me canso de decirlo: lo único que está en juego el 6S, es que los ciudadanos decidan con quien se sienten más cómodos siendo asaltados.
Gane quien gane permitirá que se les siga robando el futuro a nuestros niños, se siga exportando a nuestra gente para que con sus remesas eviten el reventón de la economía y se asegurará de mantener los privilegios para unos pocos que utilizan a cabalidad las perversas reglas de nuestro sistema.
Aquí solo se escogerá a los receptores-pagadores que devolverán el dinero a los financistas (de la presidencia, diputaciones y alcaldías), y eligiendo a esos personajes, la gente elegirá a los financistas con los que se sienten más cómodos; algunos se despreocupan si los que nos roban son personas de “corte empresarial” que saben hacer los negocios.
Yo no siento orgullo de sentir que vivimos en una “pistocracia” que solo nos permite elegir quienes se encargarán de continuar el saqueo.
Y por eso insisto que en lugar de invitar a que “analicemos bien el voto” o el “plan de cada candidato”, debemos realizar que este sistema no da para más y que si hoy se siente asaltado, pasadas estas elecciones se va a sentir igual porque nada ha cambiado, es decir, los negocios perduran y solo cambiarán los actores y las formas de ejecutarlo.
Es una pena que “las mentes pensantes” de este país, nos induzcan e inviten a seguir siendo parte de esta orgía saqueadora del dinero de la gente, que nos llamen a analizar unas propuestas que son letra muerta y estéril, porque al final de cuentas son un simple requisito que debe llenar cualquiera que desee ser candidato.
Si usted quiere incidir, votando no logrará nada, pero si lo puede lograr si centra su esfuerzo, su vigilancia y fiscalización en el sistema, en el Congreso, en las Cortes, en el Centro Ejecutivo de Gestión de Negocios (Gobierno Central), en la Contraloría, etc. para que cambien las reglas y , así, algún día, pueda incidir a través del voto.