Factor Méndez Doninelli

“La persistencia del trabajo forzoso es perjudicial para sus víctimas, para las empresas y para el desarrollo. Es una práctica que no tiene cabida en la sociedad moderna. Es la hora… de erradicar esta práctica… de una vez por todas.”

-Organización Internacional del Trabajo OIT,
Ganancias y pobreza: Aspectos económicos del trabajo forzoso. 2014.-

Por disposición de su Asamblea General la Organización de las Naciones Unidas ONU, declaró el 30 de julio como Día Internacional contra la Trata de Personas. Este fenómeno social, calificado como esclavitud moderna, es uno de los crímenes transnacionales más graves por sus implicaciones humanas, en tanto involucra a personas de ambos sexos, muchas de ellas menores de edad, completamente desprotegidas. A estos crímenes se agregan violaciones elementales a libertades y derechos humanos. La trata de personas está ligada a fines de explotación sexual, de trabajo forzoso, de servidumbre por deudas, de servidumbre doméstica involuntaria, de reclutamiento y empleo ilícito de niños soldados y de matrimonio forzado.

Si los amables lectores quieren seguirme la pista, empiezo por definir el concepto: “Trata de personas” y “trata de seres humanos”, son términos genéricos para referirse al acto de captar, albergar, transportar, suministrar u obtener personas para obligarlas a realizar trabajos forzosos o actos de comercio sexual mediante el uso de fuerza, fraude o coacción.

Después de conocer la definición, es pertinente recordar que conforme el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, es un complemento de la Convención Internacional contra la Delincuencia organizada Transnacional, conocido como Protocolo de Palermo. Este protocolo describe el servicio obligatorio con diversos términos, “servidumbre involuntaria”, “esclavitud o prácticas similares”, “servidumbre por deudas” y “trabajo forzoso.”

Guatemala no está exenta de este fenómeno perverso. Según fuentes del Organismo Judicial, 1 de cada 3 víctimas son niñas, niños o adolescentes y 52% de estas son explotadas sexualmente. En el país, hay un promedio diario de 92 personas víctimas de trata. De este promedio, 80% son mujeres y niñas. A nivel mundial las cifras son alarmantes, el porcentaje se sitúa entre 50 y 60%.

De conformidad con la Organización Internacional del Trabajo OIT (2005), 12.3 millones de personas en el mundo, son sometidas a trabajo forzoso o servidumbre.

En conclusión, puedo afirmar que de conformidad con tales indicadores, la trata de personas como fenómeno global, es una forma de violencia estructural, proveniente del perverso modo de producción capitalista en cuyo sistema de “valores”, los seres humanos somos una mercancía más, que puede ser comercializada en el mercado para adjudicarla a favor del mejor postor y en beneficio de los tratantes.

El país se sumó al llamado internacional de las Naciones Unidas, el Organismo Judicial a través de la Cámara Penal con el apoyo de la Unidad de Control, Seguimiento y Evaluación de los Órganos Especializados en Delitos de Femicidio y otras formas de Violencia contra la Mujer impulsó actividades de sensibilización social en atención al día internacional para accionar contra la trata de personas. El Organismo Judicial contribuye con esta campaña, para recordar al mundo la existencia en pleno Siglo XXI de este flagelo. La campaña institucional: #AcciónContraLaTrata, tiene como objetivo fundamental, sensibilizar a la población guatemalteca sobre este flagelo. Yo me uno a la campaña #AcciónContraLaTrata.

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