Lic. Douglas Abadía C.
douglas.abadia@gmail.com
Los partidos políticos guatemaltecos pasan inertes al finalizar cada proceso electoral, los que cacharon cuota de poder político por un lado, y por otro lado, partidos moribundos casi muertos por no alcanzar una cuota mínima de poder.
Hemos sido testigos de cómo los pseudopartidos políticos chapines se fortalecen con candidatos y candidatas a puestos de elección popular, se escogen «democráticamente» en asamblea a quienes correrán para ganar un puesto de elección popular.
Los secretarios generales de los distintos partidos políticos carecen de visión a mediano y largo plazo; pues en un sistema donde prevalece la pistocracia, la mayoría de dirigentes explotan en sus potenciales candidatos el poseer recursos tanto materiales como humanos.
No se apuesta por auténticos y legítimos líderes y lideresas, pues no poseen el status socio económico deseado para poder cumplir con el requisito primordial, poseer dinero.
Este fenómeno abarca desde la izquierda radical hasta la extrema derecha sin distinción alguna.
Es lamentable que el auténtico liderazgo sea marginado y puesto a la deriva, don dinero puede más que el raciocinio del humano.
Después como consecuencias de la deficiente toma de decisiones de parte de los miembros del Comité Ejecutivo tenemos partidos políticos con dinosaurios arcaicos, mañosos que saben manipular a su antojo la politiquería y se perpetúan en el poder a través de artimañas mezquinas que provocan asco.
No poseen cuadros políticos y cuadros técnicos para dirigir a la Nación, entre los mismos de siempre se reparten y distribuyen cuotas de poder.
Los líderes y lideresas del país de la eterna robadera no tienen más opción que cooptarse o zafarse del escenario político nacional.
La dirigencia de cada partido político debe ser analítica, racional y sintética, es decir, tomar decisiones acertadas en beneficio de la organización partidaria y por ende de Guatemala.
Este fenómeno no está contemplado en las famosas Reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, pues para variar hay que escuchar hasta el menos docto y cuerdo miembro de las organizaciones de nuestra paupérrima y asquerosa sociedad civil.
En otros países del mundo los dirigentes políticos tienen visión para poder detectar a líderes y lideresas ejemplares, con madera para dirigir los destinos del país, no me aparto de que es necesario el maldito dinero para poder calar en la población y así acrecentar las posibilidades de ganar la elección, pero también es necesaria la amalgama entre capacidad y dinero.
En nuestra realidad de quinto mundo prevalece don dinero en detrimento de la capacidad y talento.
Ahora en plena campaña política observo que todos los líderes y lideresas que tengo la fortuna de conocer que son reales, innatos, desinteresados, pero sobre todo con coraje para poder realizar los cambios que necesitamos como sociedad están viendo el proceso electoral por televisión o radio.
En el mundo ideal sería perfecto poseer dinero y liderazgo para ser un candidato exitoso, Dios no da dos glorias juntas.
P.D. Dicen por allí que los indignados que toman chelas de Q5 tukis cada sábado en las «protestas ciudadanas» se politizaron, hay varios coqueteando con algunos partidos políticos.
Autenticidad del clamor ciudadano o mero protagonismo de estos ciudadanos ejemplares?
Cinco minutos de fama