Miguel Saquimux Contreras
miguelsaquimux@gmail.com

En cualquier economía pueden existir varias barreras a la inversión, cada caso es particular y distinto, pero, hay generalidades que se manifiestan en la mayoría de ocasiones. Teóricamente se afirma que la inversión depende de la tasa de interés, o también que el ahorro es igual a la inversión, en fin son muchos los conceptos que entran en juego cuando se desea hablar de la inversión y los proyectos que deberían financiarse.

Es necesario hacer algunas aclaraciones básicas, como corregir el pensamiento que el precio del dinero es la tasa de interés. Esto, al final es tan general que debe especificarse que, la tasa de interés sólo es el precio que se paga por usar esa cantidad de dinero, es decir, que es el precio que se paga por alquilar dichos activos financieros.

Entonces, después de hacer una breve aclaración, podríamos afirmar que el alquiler de activos financieros en Guatemala es caro, porque entre otras cosas, los pisos impuestos por las tasas neutrales están por encima de lo que en varios países del mundo se maneja. Las tasas activas sobrepasan las capacidades de pago que puedan poseer los pequeños y medianos inversionistas, castigan severamente las utilidades generadas y reducen la capacidad de reinversión de los mismos. Esto para los que pueden acceder a un crédito, puesto que, si nos trasladamos a la esfera de los pequeños campesinos, lograremos apreciar que en ese sector la no posesión de los títulos de propiedad, impide que estos accedan a créditos hipotecarios.

La liberación de las tasas de interés fue una decisión atinada que se implementó en la economía guatemalteca, pero, lo que ha dañado a los medianos y pequeños inversionistas, es la poca competitividad que se presenta en el sistema financiero. Como ya se afirmó anteriormente, las tasas activas ahogan los proyectos impulsados, creando así barreras de incursión a la producción, todo esto, sin olvidar que una buena parte de los créditos en el país son dedicados a financiar el consumo personal y familiar, agravando así la problemática de escasez de inversiones.

Un país sin inversionistas ni emprendedores, está destinado al fracaso económico, es por eso que la crisis de la falta de inversión debe abordarse de una manera mucho más integral, y no sólo desde la perspectiva del precio del alquiler de los activos financieros –tasa de interés–. Seguramente hay responsabilidad compartida de quienes ejecutan política crediticia en el país, pero, no puede obviarse que el gran problema nacional es la escasez de capitales, en donde no sólo debe tomarse en cuenta el capital financiero, sino también el capital humano y productivo.

Con la escasez de capital humano y productivo, se hacen más caras las inversiones, es decir, que esto presiona a que la estructura de costos se eleve constantemente, es por lo mismo, que no puede culparse únicamente a la política crediticia del país, porque poseen responsabilidad los demás agentes económicos que interactúan en la economía nacional.

En conclusión, si se desea elevar los niveles de inversión, no debe apreciarse esto con una miopía económica, desde la simple perspectiva de la seguridad, la tasa de interés y los impuestos. Sino más bien desde la posición de mejorar la calidad de nuestro capital productivo y particularmente nuestro capital humano, es decir, que la población debe ser el sujeto de interés de esta política integral de inversión y no las utilidades financieras, como se ha manifestado hasta la fecha.

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