Douglas Abadía Cárdenas

La frase fue creada en el siglo I por el poeta latino Juvenal y se encuentra en su Sátira X. En su origen describía la costumbre de los emperadores romanos de regalar trigo y entradas para los juegos circenses (carreras de carros y otros) como forma de mantener al pueblo distraído de la política.

Julio César mandaba distribuir el trigo gratuitamente, o venderlo muy barato a los más pobres, unos 200 mil beneficiarios. Tres siglos más tarde, Aureliano continuaría la costumbre repartiendo a 300 mil personas dos panes gratuitos por día. Esto sin mencionar las peleas entre bestias y gladiadores que entretuvieron por mucho tiempo a la población romana de aquella época.

Se puede pensar que estamos describiendo en cierta manera a Guatemala en la actualidad, desde el gobierno pasado de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) hasta nuestros días ese precisamente ha sido el esquema funcional que partidos políticos así como otros tipos de instituciones como las iglesias, organizaciones de beneficencia, etc. han utilizado para entretener a la población guatemalteca y desviarlos de la opinión pública y sucesos de interés ocurridos en nuestro país con la finalidad de deshacerse de la población más necesitada, a quienes con una bolsa con alimentos se les calla y garantiza sus votos para la próxima contienda electoral.

Si recuerdan el proceso electoral anterior, el cual estuvo marcado por los famosos finiquitos de la Contraloría General de Cuentas como requisito para los candidatos a elección popular pueden evidenciar que ningún partido político de los participantes en la contienda electoral incluía en sus programas de gobierno la famosa Bolsa Solidaria, hoy en día llamada Bolsa Segura.

Se comenzaron a incluir en los pseudo programas de gobierno a raíz de la caída en la aceptación popular de los partidos políticos en comparación con la UNE, a partir de ese momento parece que por arte de magia todos los partidos políticos la incluyeron y fue en cierta medida el caballito de batalla, aparte de sus slogans de campaña como “tiempos mejores”, “no somos políticos somos empresarios”, entre otras artimañas propias del marketing político actual, estrategias mezquinas en las que se enamora a la población votante.

Parece que erogar millones de quetzales en el alquiler de juegos mecánicos para recreación de la población, así como instalar un resbaladero de hielo en plena plaza central es funcional para las autoridades; pues se dan el lujo de gastar millones del erario público en distracción y recreación hacia los sectores empobrecidos del país.

Considero que la inversión pública debe incluir el rubro de recreación, la cual se define como todas aquellas actividades y situaciones en las cuales esté puesta en marcha la diversión, como así también a través de ella la relajación y el entretenimiento, hemos sido testigos de que en nuestra Guatemala las autoridades invierten dinero en la construcción de canchas polideportivas, las cuales con el paso del tiempo se deterioran y no remozan periódicamente.

¿Qué sucede con las personas cuya preferencia no es el futbol, pero se quieren divertir sanamente?

Lamentablemente se puede evidenciar una vez más la falta de ideas de la dirigencia partidista, sea cual sea el partido político, se siguen copiando modelos del extranjero es decir, de Europa provienen la mayoría de modelos que buscan desarrollo, oportunidades, etc. Además de copiarse ideas entre contrincantes y elaborar refritos de la misma, es decir, crean su propia versión pero basándose en el plagio de ideas de otro partido político. Escasez de ideas.

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