Francisco Cáceres Barrios
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¿Es verdad que el actual gobierno anda a tres menos cuartillo porque cada vez percibe menos dinero por la vía de los impuestos? La realidad es distinta, pues todo es consecuencia de que este gobierno ha sido incapaz de administrar la cosa pública eficaz, ordenada y honestamente. Para ejemplificar lo anterior, basta ver el descalabro en el funcionamiento de sus ministerios de Gobernación, Salud Pública y Educación, citados tan solo como tres de botones de muestra. Tampoco es cierto que los ingresos hayan mermado, prueba de ello está en el incremento habido este año en la recaudación del Impuesto Sobre la Renta, aunque si lo comparamos con las metas que mal calcularon la situación es distinta.
La pésima administración y el insaciable apetito de los actuales políticos gobernando para consumar compras y contrataciones que les ha rendido solo personales beneficios, es causa también que las patrullas policiales se queden a media calle por carecer de suficiente combustible; que por la misma razón las ambulancias compradas para el interior del país, con la adherida efigie de la señora Vicepresidenta, también se mantengan estacionadas o que la industria farmacéutica le esté negando el crédito al moroso gobierno, al haberse quedado sin recursos para adquirir la indispensable materia prima. Así las cosas, sigue la muletilla gubernamental de echarle la culpa de sus males al Congreso por no aprobar su solicitud de más endeudamiento, ¿eso no es una prueba más de su falta de planificación y ordenamiento del gasto público? Bien dijo una vez el expresidente norteamericano Ronald Reagan: “El gobierno es como el órgano digestivo de un bebé, mucho apetito en un extremo y ninguna responsabilidad en el otro”.