Luis Enrique Pérez

Originalmente animales salvajes le transmiten el Ébola al ser humano (o a otras especies de mamíferos). Uno de esos animales es el murciélago frugívoro (o comedor de frutas) de la familia Pteropodidae. Luego de penetrar en el cuerpo, el Ébola destruye células, ataca el sistema inmunológico y provoca hemorragia interna y externa. Los primeros síntomas son similares a los de una gripe; por ejemplo, fiebre, cansancio, dolor muscular, dolor de cabeza y dolor de garganta. Algunos de los síntomas posteriores son vómito, diarrea y erupción cutánea. El tiempo de incubación del virus es de dos días hasta tres semanas.

Un ser humano que tiene el virus puede transmitirlo a otro ser humano solo si ya tiene los síntomas propios de la enfermedad. Puede transmitirlo por medio de sus fluidos corporales, entre ellos la sangre, las heces, el vómito, el semen, la orina, el sudor, la leche materna y hasta las lágrimas. Un ser humano se contagia cuando su boca, o su nariz, o sus ojos, o su órgano genital o una ruptura de su piel, tienen contacto con los fluidos corporales del ser humano que ya tiene el virus. No hay contagio solo por estar cerca de una persona infectada. El aire, la comida y el agua no son portadores del virus; pero compartir un alimento o una bebida con un ser humano que tiene el virus puede ser causa de contagio, por medio de la saliva.

Todavía no hay una medicina para curar la enfermedad. Tampoco hay una vacuna para prevenirla. Algunas medicinas han sido probadas en animales, algunos de los cuales se han curado; pero todavía no han sido probadas en seres humanos. También han sido probadas dos vacunas; pero todavía no hay certeza de que puedan prevenir la enfermedad, y la prueba continúa. En este mismo momento los seres humanos que padecen la enfermedad solo pueden ser sometidos a un cuidado que consiste en hidratar, suministrar oxígeno, mantener la presión sanguínea y tratar alguna otra infección.

Un ser humano infectado con el virus, cuyo sistema inmunológico funciona normalmente, puede sobrevivir. Sin embargo, en el semen del sobreviviente el virus puede permanecer durante por lo menos tres meses; y en la leche materna puede permanecer durante por lo menos dos semanas.

El sitio en Internet “WebMED” (que ha sido nuestra fuente principal de información) recomienda varias acciones para evitar ser contagiado con el Ébola. Algunas de esas acciones son evitar contacto con los fluidos corporales de los seres humanos infectados y con el cuerpo de quien haya muerto a causa del virus; evitar el contacto con animales salvajes, como los murciélagos y los monos; lavarse las manos frecuentemente; y observar, en el caso de haber estado en una zona en la cual el virus es común, cualquier posible cambio del estado de salud durante 21 días.

Post scriptum. Hay cinco cepas del Ébola. De ellas, cuatro son causantes de enfermedad. Quienes sobreviven poseen, en su sangre, una proteína que los protege, por lo menos durante 10 años, únicamente de la cepa de la cual se han contagiado. Están expuestos, por consiguiente, a ser infectados por algunas de las otras tres cepas.

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