Javier Estrada Tobar
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Esos contratos, aparentemente, podían generar más problemas para la ya desgastada administración de Otto Pérez Molina –últimamente rodeada de escándalos–, que desde hacía algún tiempo tenía en la mira a Villavicencio por su cuestionable desempeño, pero más que eso, porque parecía que las cosas iban de mal en peor en el ámbito de la salud pública.

Con ese contexto, el cambio en el Ministerio de Salud era necesario y urgente, pues los hospitales, centros asistenciales y puestos de salud se encuentran en condiciones precarias, y no hay que investigar mucho para percatarse de que las cosas se encaminaban a empeorar más.

La llegada de Monterroso parece una bocanada de aire fresco para el Ministerio y el Gabinete, pero depende del funcionario que se dé un cambio sustancial en el sistema de salud pública, y que arranque de raíz a la estructura que se está enriqueciendo a costa de los impuestos de los guatemaltecos a través de actos de la corrupción.

En declaraciones a La Hora, el nuevo Ministro dijo que existe una serie de denuncias sobre la administración de Villavicencio, por lo que solicitó a la Comisión Presidencial de Transparencia y Gobierno Electrónico investigar cualquier acto anómalo en esa dependencia, y aseguró que la investigación ya se está realizando a lo interno del Ministerio con el apoyo del Ministerio Público.

Según la nota de este vespertino, en los 15 meses que restan a la actual administración, Monterroso se comprometió a trabajar en áreas prioritarias, que incluye ofrecer atención hospitalaria más humana y de calidad a la población, verificar el correcto uso de los recursos, redoblar los esfuerzos enmarcados en la Ventana de los Mil Días para el combate de la desnutrición en el país, y la creación de un sistema de información único que permita conocer periódicamente la situación de abastecimiento de hospitales nacionales y centros de salud.

De esa forma, Monterroso deberá adaptarse a una de las más grandes instituciones ejecutoras del Estado, luego de estar al frente de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional, encargada únicamente de coordinar planes y desarrollar programas contra la desnutrición y el hambre.

El nuevo funcionario también tendrá que lidiar con sus nuevos colegas ministros, entre los que se encuentran varios que no cumplían con las disposiciones establecidas en las políticas contra el hambre y retaban abiertamente a la SESAN con actitudes de desobediencia hacia el Pacto Hambre Cero.

“Trabajo, trabajo y más trabajo, eso es lo que vamos a hacer (…) solo el tiempo nos irá dando la razón”, dijo Monterroso a La Hora, y de momento tiene razón. Le doy el beneficio de la duda a un funcionario que tiene en bajo su dirección, un ministerio del que depende la vida de millones de guatemaltecos.

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