Miguel Saquimux Contreras

En este contexto, es conveniente realizar un análisis objetivo de lo que representa el sentimiento patriota en la actualidad para los habitantes de este país, y al mismo tiempo, como se canaliza esto a las acciones cotidianas. Es así, como tratará esta publicación de acercarse, a lo que se aprecia derivado del apego que se tenga a la tierra natal, cultura, valores, afectos, y otras situaciones más que puedan influir en el comportamiento de las mayorías.

En el sistema de educación público y privado, desde muy temprana edad hasta que se llega a los últimos niveles de formación -con excepción de la educación superior-, se hace el esfuerzo por cargar del sentimiento patriota al estudiantado. Entre otras situaciones que se asocian a dicho sector, este dedica una semana completa a la realización de actividades propias de la época, en donde, el tema académico pasa a segundo plano; sin embargo, los resultados en el largo plazo son pobres, puesto que, 30 o 40 años después de que estos individuos han salido del sistema, es poco o nada lo que queda de real amor a la patria.
En lo que respecta a servidores públicos –quienes serían los primeros que deberían estar contagiados al máximo de patriotismo-, es un tema muy delicado, porque cuando se revisan sus actitudes denota una falta de amor total para la patria y para el engrandecimiento de la misma. Todo esto va desde la cultura entreguista de la cual hemos han sido objeto, en donde, grandes negocios se han consumado, pero muchas veces ello se ha ejecutado en contra de los intereses patriotas, anteponiendo así la utilidad personal, empresarial o sectorial.

Hablar de patriotismo es algo muy complejo, en donde no queda duda que hay opiniones a favor y en contra, pero personalmente concibo que este sentimiento sería lo óptimo para el país, si se practicara de la mejor manera. Existe un sin número de situaciones de las que no se hablaron, entre las que destacan los papeles que se jugaron en lo que se conmemora en la actualidad, como por ejemplo que los proclamadores de la independencia dejan por un lado a varios sectores de la sociedad que hasta nuestros días siguen padeciendo condiciones infrahumanas de vida, y demás situaciones que ya se han debatido ampliamente en otros espacios.

Entonces, generar este sentimiento es muy difícil, en un país que expulsa a la mayoría de sus habitantes, en donde las condiciones son las más bajas para un considerable número de la población, en donde no existe razón alguna por la cual sentirse identificado. Es por ello que si las personas “claves” no tienen capacidad de hacer que esto cambie, será muy difícil que crezca este diminuto sentimiento patriota.

Artículo anterior¿Cómo hacer del 15 de Septiembre un día a día?
Artículo siguienteNo es cuestión solo de poner más impuestos