Marco Tulio Trejo Paiz

Las críticas han sido constantes de parte de la sociedad que llegó a la desesperación y a la indignación ante tantas rachas delincuenciales que han segado miles de vidas entre hombres, mujeres y niños.

¡Todos los días han ocurrido asesinatos cometidos por los malhechores, y las masacres casi por lo general han quedado impunes en su mayoría, sin esclarecer. ¡Solo los hechos de gran resonancia son investigados!

Las fuerzas de seguridad han batallado en la capital, en otras ciudades y demás lugares en los que se detecta mucha inseguridad.

Se han concentrado los contingentes policiales y militares específicamente en las “zonas rojas”, como se identifican tales áreas donde se suceden con mucha frecuencia o, casi a diario, asaltos a mano armada, robos, secuestros, extorsiones, y hechos de sangre que mantienen en zozobra a la gente pacífica y honrada.

La Policía Nacional Civil (PNC) ha sido torpedeada por no actuar con energía o dureza contra tantos pícaros que perpetran horrendos crímenes, pero los elementos de dicha institución hacen todo lo humanamente posible para dar seguridad a las personas y sus bienes.

Puede decirse, empero, que se peca de injusto por el hecho de lanzar andanadas a la policía sin tomar en cuenta que no estamos en los tiempos de las férreas dictaduras como las de Manuel Estrada Cabrera y Jorge Ubico. Entonces, la población era únicamente de unos tres millones; en cambio, ahora ese conglomerado social pasa de quince millones, y en las filas de la PNC solo hay como 32 mil agentes y sus superiores.

Merece encomio el que la Policía Nacional Civil esté superándose técnica y prácticamente, tanto es así que sus agentes actuantes en Jalapa se encuentran realizando laudable servicio, haciendo frente a la turbonada delincuencial, lo que garantiza en buen grado la seguridad al pueblo jalapaneco.

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