Roberto Arias
´La denuncia es evidentemente falsa. Goldcorp y su subsidiaria Montana Exploradora no consienten la violencia de ninguna clase, contra nadie. Nosotros respetamos los derechos de todos los individuos que expresan sus opiniones con respeto. Goldcorp y Montana Exploradora han adoptado las normas internacionalmente reconocidas de -Principios Voluntarios sobre Seguridad y Derechos Humanos. Estas normas proveen los lineamientos para políticas de seguridad que incluyen y demuestran respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales. Todo nuestro personal de seguridad tiene entrenamiento en los –Principios Voluntarios- y son miembros locales de la Policía y el Ejército de Guatemala.´
Preguntada sobre las otras denuncias -La intimidación; las amenazas; la división social… – Marks me dirigió hacia la Goldcorp webpage (Página electrónica de Goldcorp) en donde ´Usted encontrará mitos comunes que han sido expuestos repetidamente como falsedades. Esto enlista once tales “mitos”, que Goldcorp refuta, incluyendo los que la compañía contamina las fuentes de agua locales; que no se consulta a las comunidades locales; que no respeta los derechos humanos; que las comunidades alrededor de la mina son impactadas negativamente y; que se intimida a la oposición.´
Goldcorp es solamente una de las muchas compañías canadienses que actualmente operan en América Latina, entre la creciente preocupación sobre sus impactos sociales y ambientales. Hace poco tiempo la Comisión Internacional de los Derechos Humanos (CIDH) presentó un reporte escrito por más de 30 organizaciones de la sociedad civil sobre 22 proyectos mineros a gran escala en nueve países de América Latina -Marlin entre ellos-, el cual sostiene que entre el 50% y el 70% de la minería en América Latina es ahora realizada por firmas canadienses y que las autoridades de Canadá, conscientes de los proyectos mencionados en el reporte, continúan ´Suministrando soporte político, legal y financiero a las compañías que consienten abusos contra los derechos humanos´.
Alguien en Guatemala, a quien tampoco nombraré me dijo ´La minería canadiense realmente está obteniendo pésima reputación. Canadá es el infierno´.” (Fin de traducción)
He dedicado gran parte de mi vida al estudio del entorno y las razones de su degradación acelerada en las últimas décadas y, elementalmente concluyo que las cúpulas locales y mundiales agreden a la naturaleza de una manera apocalíptica por amor a Mammón, el dios del dinero.
El problema es la gigantesca voracidad humana… lo que lo convierte en un tema abismalmente espiritual.