Javier Monterroso

Cuando Correa comenzó a exponer inmediatamente me impresionaron sus dotes de orador, la contundencia en el discurso, su claridad de ideas, pero sobre todo los datos que como buen exconsultor de Naciones Unidas exponía apoyado de una presentación con diapositivas, las estadísticas presentadas en materia económica, de reducción de pobreza y en general de desarrollo humano eran contundentes, Ecuador estaba superando los problemas históricos de pobreza y desigualdad.

Por supuesto que no podía creerle así de fácil a un político, así que me puse a investigar por mi cuenta en los informes de Desarrollo Humano de Naciones Unidas la situación de Ecuador, y efectivamente en el Informe de 2013 se encuentran nuevamente esos datos que me impresionaron: desde el 2007 en el que Correa llegó a la Presidencia hasta el 2012 Ecuador mejoró diez lugares en el índice mundial de desarrollo humano, pasando de ser un país con desarrollo medio a uno con desarrollo alto, ubicándose en el puesto 89 del listado mundial. En ese mismo período Guatemala, condenado al grupo de países con desarrollo medio, bajo un escaño en el listado ubicándose apenas en el puesto 133. Esos datos no admiten mayor discusión, en materia de desarrollo económico el gobierno que preside Rafael Correa está haciendo muy bien las cosas y es un ejemplo a seguir para todos los países que como Guatemala están estancados desde hace décadas.

Otra comparación odiosa: el joven, carismático, preparado y provocador Presidente ecuatoriano, después de siete años de gobierno parece con ganas de otros cinco, imagen que contrastaba con nuestro actual Presidente a quien afortunadamente le queda poco más de un año de gobierno. Surge entonces la pregunta: para las próximas elecciones presidenciales de 2015 ¿quién de los actuales candidatos podría tomar la bandera de Correa y privilegiar el desarrollo humano sobre los intereses particulares? Lamentablemente no veo a ninguno con estas características, al menos entre quienes aparecen en las encuestas. Estoy convencido de que Guatemala necesita un Correa, un presidente que gobierne para las grandes mayorías, no para el grupo que siempre ha tenido privilegios en este país.

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