Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

El TSE sigue siendo el hazmerreír del partido oficial, empezando por quienes ocupan la primera magistratura de la nación o la vicepresidencia, no digamos por aquel empleado público de menor jerarquía a quien le ordenan hacer cualquier cosa para demostrar con el más absoluto descaro que donde manda “General” no manda marinero. ¿Y qué decir de las declaraciones que sin ningún empacho dan a la prensa cuando les son cuestionadas tales actitudes y comportamientos? Tranquilamente responden que eso no tiene nada de malo y que lo mismo van a seguir haciendo hasta el día en que el partido oficial nombre en definitiva y formalmente a su candidato.

Seguramente esa burla les ha de caer como balde de agua fría a los integrantes del TSE pero ¿qué otra les queda si conseguir chance en estos dorados tiempos es bien difícil en nuestro país? ¿Qué haría usted, estimado lector, dado el caso estuviera en los zapatos de dichas autoridades? Si me contesta que primero muerto que servir de hazmerreír de los políticos, sería el primero en ponerme de pie para aplaudirlo frenéticamente pero, si se queda callado y no me responde, comprendería y aceptaría su silencio reconociendo su tácita aceptación de que el papel que están jugando los integrantes del TSE es uno de los más pobres que jamás habíamos visto antes.

Sin ser adivino puedo asegurar que lo antes descrito traerá al país graves y perjudiciales consecuencias. No estamos lejos de comprobar que las próximas elecciones van a ser las que demuestren el mayor abstencionismo electoral, porque es lógico y natural que los votantes ni tendrán opciones para escoger, como que el proceso va a estar tan corrompido que lo que fue el sagrado derecho a ejercer el voto se quedó en la historia.

Artículo anteriorIsraelíes y palestinos
Artículo siguienteEn contra del viejo pacto geopolítico