Luis Fernández Molina

Además de mi cumpleaños es también mi santo por la antigua y piadosa costumbre de poner al recién nacido el nombre que corresponde al santo del día. En mi caso es san Lorenzo, uno de los santos más emblemáticos de los primeros años del cristianismo, un romano de origen español que fue condenado a ser asado sobre una parrilla; por eso siempre se le representa con un emparrillado.

Y aunque a veces queramos obviar la fecha no podemos evitar el hecho de que adicionamos un año a la cuenta existencial y la balanza se va decantando por el platillo de los años cumplidos por sobre los que nos toca vivir, en otras palabras cada año “tenemos más historia que futuro”.

Antes las amas de casa acumulaban recetas que algún día habrían de cocinar hasta que se percataron que había más recetas que tiempo. Pero todos, a lo largo de los años vamos coleccionando objetos, recuerdos, momentos estelares, libros, películas, etc. Existen los “Salones de la Fama” donde se consagran los mejores jugadores, igualmente se atesoran las mejores jugadas, los diez mejores goles de los mundiales. En otro orden de ideas todos tenemos nuestro “salón de la fama” donde reservamos nuestras 10 o 20 mejores canciones, o poemas, o películas, o libros, o cuadros, etc.

En ese orden yo recopilo frases. Anoto aquellas frases excepcionales que he leído o escuchado a lo largo de mi vida, y son bastantes, pero entre ellas tengo unas que destacan por su profundidad, ingenio, ironía fina. Son microchips que contienen el saber humano y como el buen vino se deben paladear no solo tragar. Son gotas de esencia que condensan libros de filosofía.

El dicho “Guarda el orden y el orden te guardará a ti” es una frase que cobra mayor sentido cada vez que la repetimos. Su genial autor de Hipona, hace referencia a ese “orden” cósmico, a esos engranajes esotéricos, que no podemos definir, pero sabemos que existe; concepto cercano al karma o registro akásico de otras culturas. Quien obra bien sabe que ese orden lo va a resguardar y al revés quien comete alguna falta está alterando ese orden.

“Make your life speak”, una frase que escuché en inglés y lamentablemente no admite una traducción exacta. Mucho podemos hablar o presumir pero lo importante es cómo actuamos. Que sea nuestra vida la que hable por nosotros.

Cada cierto tiempo aparece alguna gema que incorporo a este selecto grupo. Leí del filósofo francés Edgar Morin la frase “Es adulto quien se conforma a vivir menos para no tener que morir tanto.” Un curso de filosofía en pocas palabras. Quien, después de los 50 no entiende ese profundo pensamiento, no ha sabido vivir. Si nos compenetramos en el inmenso sentido de ese pensamiento.

Hay muchos otros proverbios como “Vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Eclesiastés) o del genial Borges “Antes las distancias eran mayores porque el espacio se medía en tiempo” (casi Einstein). “Nada te turbe, nada te espante/todo pasa.” (Santa Teresa).

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