Félix Loarca Guzmán

El pronunciamiento aborda el tema criticando fuertemente las intenciones que han tenido algunas autoridades, particularmente del Ejecutivo, del Congreso y de la Fiscalía General de la Nación, de criminalizar a los padres de familia y a las organizaciones sociales defensoras de los migrantes.

El documento subraya que se están violando flagrantemente los derechos de los niños, tanto de parte de los funcionarios estadounidenses como de los guatemaltecos.

Agrega que la migración como acaban de denunciar los Obispos de la Iglesia Católica, “es una radiografía de nuestras carencias, de la penetración del crimen organizado en amplios sectores de la geografía nacional, del incremento de mafias criminales que lucran con el tráfico de personas y de la falta de oportunidades”

El Presbiterio comparte los puntos de vista expresados por la Conferencia Episcopal de Guatemala en un comunicado del 1 de julio pasado, sobre que la migración solo disminuiría en el país si crecieran las oportunidades de ingreso y se facilitara mayor inversión de capital, contrarrestando el derroche clientelar, así como la corrupción pura y dura.

Otro factor que incide poderosamente, es la dolorosa realidad que sufren los guatemaltecos por la falta de trabajo y el poco que hay es mal remunerado. El Presbiterio hace ver que la situación se agudiza, porque en el caso del departamento de Jutiapa, nunca han existido políticas públicas orientadas a desarrollar la vocación agrícola, ganadera, forestal, y profesional de la población, para generar fuentes de trabajo digno y estable para todos.

También preocupa la situación de violencia, pues casi todos los días en cualquier rincón de ese departamento se reportan atentados contra la vida.

Finalmente, el pronunciamiento invita a las comunidades cristianas, a no dejarse robar la esperanza y a no desmayar en la lucha por superar las adversidades.

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