Héctor Luna Troccoli
Hay mucho que analizar del tema, pero basta por empezar con las causas que originan esa migración. Son dos las principales: la miseria y la violencia. La mayoría de los connacionales que se aventuran a perder la vida en este viaje lo hacen porque la pobreza los abruma, sin posibilidad alguna de superarse y también porque la violencia no respeta a pobres o ricos, sexo, condición económica y social etcétera y entonces huyen, huyen de mareros que no viajan, sino se quedan a asesinar aquí.
El problema es agudo y este y otros gobiernos chambones le ponen rostro humano a una crisis que no es aminorada por los gobernantes de turno brindando a los más pobres y abandonados, sobre todo en la provincia, alternativas de empleo, educación y salud, cuando menos. Seguimos en tiempos coloniales con los siervos de la gleba sirviendo a los patronos poderosos que compran almas y envilecen la política.
Tras esa supuesta preocupación “humanitaria” del gobierno y sus secuaces, lo que realmente existe es una defensa de la economía que colateralmente convierte a los millonarios chapines en más millonarios, ya que las “remesas” de los migrantes ocupan el TERCER lugar en el total de ingresos de divisas al país que oscilan entre 4 mil y 6 mil millones y constituye una parte importante del Producto interno bruto –PIB. Ese pisto se convierte en la compra de bienes y servicios para los familiares de los chapines de los Estados Unidos. LO QUE LOS GOBIERNOS PIDEN ES QUE NO LOS SAQUEN DE LA NACIÓN NORTEÑA, NO QUE LES MEJOREN SUS CONDICIONES TANTO AQUÍ COMO ALLÁ.
Esta especie de diáspora del guatemalteco pobre es no solo el sustento de sus familias sino el ingreso de los negociantes del templo.
Estados Unidos y Obama no harán nada por evitar que los compatriotas se queden con estatus especial, pese a que constituyen mano de obra barata que impulsa la economía de los Estados Unidos, que solo sentiría el impacto de esa mano de obra barata si algún día las coaliciones y asociaciones pro-migrantes, con el apoyo indirecto de sus gobiernos (México, Guatemala, El Salvador y Honduras), deciden hacer una huelga general que haga temblar la industria, la agricultura de la nación gringa que solo nos ha dado invasiones y jodederas.