Factor Méndez Doninelli

En aquella ocasión, la Compañía de Caballeros Cadetes integrada por niños adolescentes, se levantó en armas, atacó y venció al ejército de mercenarios que semanas antes invadieron el territorio nacional. Los hechos ocurrieron la madrugada del 2 de agosto en los campos del Roosevelt donde estaban concentrados los invasores. En esta Compañía había también estudiantes de Panamá, Honduras, Nicaragua, Cuba. Este hecho histórico e inédito se produjo por la indignación que provocó entre los adolescentes militares la invasión a Guatemala, promovida, organizada y financiada por el Gobierno de los Estados Unidos de América para proteger los intereses de la United Fruit Company y derrocar al Gobierno del Coronel Jacobo Árbenz Guzmán.

El combate se inició la madrugada del 2 de agosto de 1954 y culminó alrededor de las 18:00 horas de ese día. La acción fue una actitud patriótica con el objetivo de recuperar la dignidad nacional. 140 jóvenes empuñaron las armas enfrentándose a más de 1.200 efectivos de la tropa mercenaria, adiestrada y financiada por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos. La actitud de estos jóvenes cadetes está grabada en la historia nacional, como el acto patriótico de mayor significancia ocurrido en el Siglo XX.

Según los protagonistas, el propósito de esta audaz acción fue reivindicar el honor militar e impedir que los mercenarios formaran parte del Ejército Nacional, no obstante, el gobierno de turno presidido por el coronel Carlos Castillo Armas reprimió a los estudiantes militares, suspendió el ciclo de estudios y todas las actividades en la Escuela por más de siete meses. Los Caballeros Cadetes fueron sometidos a interrogatorios, baja deshonrosa, prisión, amenazas de muerte e intentos de fusilamiento.

Esa vez, los miembros de la histórica Compañía de Caballeros Cadetes del 2 de agosto, depusieron las armas porque el arzobispo Mariano Rosell y Arellano intercedió para calmar los ánimos, les ofreció garantías a los sublevados, pero después los traicionó y abandonó.

Los Cadetes más beligerantes padecieron cárcel y humillaciones, años después, encabezaron la rebelión del movimiento 13 de Noviembre, junto con el Teniente Marco Antonio Yon Sosa y otros jóvenes oficiales, como Francisco Franco.

En un acto de justicia, para preservar la historia y reivindicar la lucha dirigida por esa generación de Cadetes, el presidente Alfonso Portillo Cabrera les otorgó la Orden del Quetzal, antes, Gobiernos civiles les hicieron otros reconocimientos.

Esa gesta de los muchachos politécnicos es una muestra de que en las filas del Ejército Nacional, hay elementos dignos, leales defensores de la soberanía, la dignidad y el honor de la Nación.

Al recordar esta jornada de dignidad encabezada por los jóvenes Cadetes, la Comisión por la conmemoración del 70 aniversario de la Revolución del 20 de Octubre de 1944, hace homenaje a los integrantes de la Compañía de Caballeros Cadetes del 2 de agosto, por el coraje y patriotismo mostrado para responder a los abusos y ofensas del ejército mercenario invasor, así como, defender con pundonor militar la dignidad nacional. Esos ejemplos escritos en la historia nacional merecen ser contados, recordados e imitados.

Artículo anteriorJude Law: La madurez trae sus complicaciones
Artículo siguienteLos migrantes: causa y efecto