María José Cabrera Cifuentes
mjcabreracifuentes@gmail.com

Una de las diferencias notables entre El Salvador y Honduras, respecto a la situación de nuestros connacionales en Estados Unidos, es el hecho de que ambos países cuentan con un Estatus de Protección Temporal o TPS por sus siglas en inglés.

Honduras obtuvo su TPS en el año 1999, después del azote del huracán MITCH, el cual dejó gran destrucción y miles de damnificados. Cabe mencionar que Guatemala recibió un similar embate del fenómeno natural, sin embargo por razones que aún se debaten, no se obtuvo el TPS.

El Salvador por su parte se hizo acreedor de un TPS en el año 2001, después de sufrir un terrible terremoto que dejó su cuota de destrucción para el vecino país. Guatemala después de sismos que han dejado consecuencias terribles en la población, aún no lo obtiene.

En ambos casos, el Estatus de Protección Temporal se ha renovado año tras año para los países centroamericanos, y Guatemala nunca pudo negociar efectivamente con Washington un TPS en distintas oportunidades de crisis.

El gobierno guatemalteco no solo no logró capitalizar su golpe estratégico a Estados Unidos, sino que, con distintas propuestas en el ámbito internacional a lo largo de los años, ha podido enojar al “Tío Sam” aún más y solo se han logrado hacer las relaciones bilaterales con los gringos más ásperas de lo normal.

Ahora bien, el asunto de crucial importancia para Guatemala, no es recibir a los niños migrantes, ni pedir más dinero para atender la crisis de la migración infantil hacia Estados Unidos, sino más bien es delinear una política exterior estratégica a corto, mediano y largo plazo, la cual incluya claramente las acciones necesarias para atender las causas, efectos y transversalidades del fenómeno migratorio.

Como medida de corto plazo, es importante insistir a Estados Unidos en el tema del TPS, pues este es un momento estratégico en el cual Guatemala puede capitalizar la crisis humanitaria para solicitar el asilo temporal de los miles de niños que se han ido, ya sea en busca de sus familias o bien, de mejores oportunidades de vida.

Como Estado, es necesario empezar a definir lineamientos estratégicos de nación, no únicamente en el ámbito de la política exterior sino en todas las áreas. La contemplación prospectiva y la afectación positiva de variables es un paso esencial de la formulación de las líneas para alcanzar el país que deseamos en el tema migratorio, Guatemala, desde el cambio de las causas estructurales que lo originan, podría llegar a hacer más de lo imaginado. Únicamente a partir de esto, podremos precisar nuestras prioridades en el extranjero para el beneficio de nuestro país.

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