Francisco Cáceres Barrios
¿Por qué no crear “tribunales de fuero especial” o medida similar para recuperar casi dos mil millones de quetzales que fueron saqueados de las arcas nacionales, según se asegura en el reportaje publicado por Prensa Libre el pasado lunes? Algo más, si es cierto lo que asegura el otro reportaje publicado por el mismo matutino el pasado domingo 27 de julio por haberse destinado más de Q5 mil millones de quetzales al Ministerio de Cultura y Deportes desde su creación para el clientelismo político, ¿por qué no reorientarlos debidamente y solo dejar lo indispensable para rubros como las artes, la protección del patrimonio nacional y el desarrollo cultural del país?
No se puede seguir gobernando a base de mentiras y falsedades o de vivir en la estratósfera con eso de asegurar que el Estado de “Guatemala tiene la capacidad de proteger a los niños y de hacerse cargo de los menores migrantes; que el índice de asesinatos viene cayendo y que poco a poco le estamos ganando la lucha a la impunidad”. Por favor, es hora de poner los pies sobre la tierra y hacer hasta lo imposible por ponerle punto final a tantos errores cometidos por los gobiernos, pues de seguir dando tumbos como hasta al momento, ni vamos a poder ir a un Mundial de Futbol, los patronos no podrán tener de dónde sacar para pagar el Bono 15 ni mucho menos evitar la migración.
Si logramos todavía recuperar al menos el cincuenta por ciento de los fondos esfumados durante los gobiernos del FRG y los de la UNE, estos podrían invertirse en los ramos de salud, educación, infraestructura y seguridad, lo que nuestra niñez y juventud está pidiendo a gritos, siempre y cuando su gasto e inversión estuviera ceñido a procedimientos honestos y transparentes aunque sean asuntos de emergencia nacional. ¿Habrá otro camino? ¿Endeudarnos más, por ejemplo? No lo hay. Ni dándole vuelta entera a los tres organismos del Estado podríamos recuperar e invertir tanto dinero que se necesita, aparte que se estaría sentando un buen precedente para que de ahora en adelante estuviera debidamente advertido tanto político amante de lo ajeno.