Juan José Narciso Chúa
Los partidos políticos, por su parte, de mala gana han venido retirando sus vallas y otras formas de propaganda, pero otros como el Lider han buscado la forma de “driblar” esta resolución con la renuncia de su Secretario General para convertirse en una persona independiente y poder así continuar con su campaña electoral, a sabiendas que el caudal electoral que actualmente ostenta se sostiene fundamentalmente en esta forma y además presionado por el tiempo que la televisión le otorga al actual Ministro de Comunicaciones y desde ahí presenta sus obras, sabiendo todos, que lo usa como campaña electoral, pero no responde a colores partidarios, ni a un partido específico. Esta situación es propia de los partidos en el poder y que utilizan sus logros como forma de propaganda, sobre la plataforma de una actuación como funcionario de gobierno.
Este nuevo Tribunal Electoral sabrá enfrentar los nuevos retos que le presentan tanto el Líder como el PP por medio de formas de propaganda oculta o explícita, pero que al final de cuentas lo que se busca son instituciones independientes y capaces de regular a los actores que se desenvuelven en este ambiente de elecciones.
Una actuación como la del Tribunal Supremo Electoral debe felicitarse, sabiendo que en esta senda deben seguir el resto de instituciones de control del Estado y justamente acá aparece una actuación completamente contradictoria como la de la Contraloría General de Cuentas, una institución que no ha sabido modernizarse a los tiempos actuales para convertirse en un apéndice del Ejecutivo y otras instituciones como las Municipalidades, que han sabido cómo mantener bajo control a los contralores y sus hallazgos.
La corrupción no se queda únicamente en las comisiones de las medicinas, las obras y los contratos onerosos, sino también en la compra de voluntades y actuaciones de empleados venales que evitan señalar operaciones que se inscriben en lo ilícito o que generan sospechas, con lo cual se infecta el proceso de corrupción en todas las instituciones buscando así asegurar que nada se descubra ni se destape.
En este contexto, levanta sospechas el acuerdo gubernativo suscrito por la Presidencia para facilitarle seguridad a la actual Contralora General de Cuentas y su familia. ¿De dónde sale esta obsequiosa prebenda?; ¿Por qué hasta ahora se provee seguridad a un funcionario de este tipo si ha habido más contralores?; ¿Tendrá algo que ver también el incremento de sueldo que le otorgó el expresidente Colom a esta misma funcionaria?, como diría el inolvidable Quijote: “cosas veredes, Sancho amigo”.