Eugenio Fernández
Ahora en un tema relacionado en donde el PDH condena a la SAT por violación al Derecho Humano de acceso a la información, en un caso relacionado al anterior, la SAT y sus respectivas autoridades se niegan a identificar lo solicitado de una forma clara y sencilla.
En una resolución de 2008, del entonces Superintendente de Administración Tributaria, Rudy Villeda, este instruye a la Intendencia de Aduanas para que emita reglamentación interna para que él permita al Depósito Aduanero operar como Tienda Libre. Desde el 11 de marzo de 2011 se ha solicitado en varias ocasiones a la SAT que identifique dicha reglamentación interna. Al principio, mintiendo descaradamente, señalaron que la reglamentación interna era uno procedimiento de aplicación general. Se interpuso un recurso de revisión que fue declarado SIN LUGAR por el propio Rudy Villeda y su secretario.
Después conocimos la verdad por información proporcionada por extrabajadores de la SAT y a pesar de tener información cruzada que permite identificar claramente cuál es la reglamentación interna, la SAT simplemente se ha negado a identificarla.
Las razones sobran, esa reglamentación interna contiene tal cantidad de ilegalidades que prácticamente es un cheque en blanco para que se configure un caso típico de Defraudación Aduanera, en donde las más altas autoridades de la SAT son claros autores intelectuales y cómplices de dicha operación.
Sorprende sobre manera que a pesar de la evidencia: dos sentencias claras, una declaración de violación de derechos humanos, aquí la impunidad no tiene límite. Ni el MP, ni la CICIG le entra al caso, a pesar que Iván iba a entrarle al contrabando, la corrupción y la impunidad. A la SAT no hay quien le ponga límites.
Eso hasta que la valiente resolución del Procurador de los Derechos Humanos les dijo hasta aquí. Pero la SAT como es su costumbre hace la de los tres monos sabios, cuando le conviene, “no miro, no oigo, no hablo”. Mejor dicho se hace la vil babosa y le responde al PDH como Cantinflas, cuando se niega a identificar cuál es la reglamentación interna a la que se refiere la Resolución dictada por Rudy.
Realmente la respuesta de la SAT al PDH no es más que un insulto, sobre una picardía, una sinvergüenzada. Y las preguntas son ¿El PDH se va dejar que le vean la cara?, no creo, ¿Hasta cuándo Guatemala, hasta cuándo? Las elecciones de las más altas autoridades judiciales parece ser el tiro de gracia a la impunidad absoluta en el país, sin que el ciudadano, pueda hacer algo al respecto.