El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, fue creado por el connotado y recordado expresidente, el pedagogo Juan José Arévalo Bermejo, cuya comisión era auxiliar a todos los guatemaltecos que laboraban en el Estado, entidades autónomas, descentralizadas y del sector privado, con la obligación que el patrono y el trabajador, aportaran mensualmente una cuota económica para su funcionamiento y recibir una pensión económica, según los años de aporte.
Hay que hacer historia cómo se fundó el Seguro Social: se conoce que un grupo de médicos, abiertamente, se opuso para que la entidad comenzara a funcionar. Las desavenencias se superaron, se nombró como primer presidente del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, al médico costarricense Oscar Barahona Strever y con él colaboraron los profesionales de la medicina, Carlos Federico Mora, Arturo Carrillo, Mariano Guerrero, el abogado Bonilla, el connotado poeta y escritor Carlos H. Ruiz y Olga Martínez Torres y comenzó a funcionar en una casa modesta de la 5ª. calle y 8ª. avenida, zona 1.
Con el correr de los años la entidad se extendió a toda la República, nombrando a profesionales de la medicina de mucho prestigio, personal paramédico y de servicio, y hasta hoy, son miles de afiliados de todos los sectores que acuden a las unidades médicas que tiene la entidad en todo el país. El presidente de la junta directiva, y el gerente, son nombrados por el Presidente de la República y está conformado por otros personajes de varias entidades públicas y privadas.
Para desfortuna del Seguro Social, desde hace varios años, el Gobierno no cumple con entregar el aporte mensual de sus trabajadores, adeudándole hasta hoy, varios millones y todos los laborantes del sector público, son atendidos sin ningún rechazo en los centros de atención médica que tiene la entidad y a la vez, los que tienen derecho a pensión económica, la entidad cumple con hacer las aportaciones y depósitos bancarios.
Sin embargo, por el exceso de población que acude a todas las unidades médicas del Seguro Social, los afiliados se quejan que las citas se las programan varios meses, a pesar de que su salud se vea severamente afectada y no reciben atención médica en menos días, y las trasladan con meses de atraso.
En torno a esa mala atención, que no es culpa de los médicos, sino del personal administrativo que tiene a su cargo el de agendar las citas, un diputado de la oposición, presentó una acción de amparo en la Corte de Constitucionalidad, que fue declarada con lugar y se ofició a las altas autoridades del Seguro Social, para que las agendas de citas las otorguen en menos días, dependiendo el estado de salud del afiliado, de desacatar esa sentencia, se hace referencia, se certificará lo conducente contra el o los responsables, deduciéndoles las sanciones penales y civiles, que puedan tener. Las autoridades del IGSS han instruido a su personal para que cumplan con dicha sentencia y los han exhortado a que sean más humanos con los afiliados.
En relación con esa situación, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, no cumple su verdadera misión para el que fue creado y es aconsejable que sus directivos hagan visitas a las periféricas y centros de salud y comprueben personalmente el trato del personal médico, administrativo y de servicio que se da a los afiliados y que efectivamente cumpla con su filosofía para el que fue creado y el gobierno, amortice la millonaria deuda que por años adeuda a la entidad y el dinero sea para beneficiar a los pensionados, a los que a diario asisten a las clínicas y a los que están hospitalizados.