Walter Juárez Estrada

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No obedecer órdenes no reguladas en ley, es una obligación constitucional. Es decir, el Tribunal Supremo Electoral, no debe acatar la orden de cancelación de la personalidad jurídica del partido Movimiento Semilla y debe ampararse en lo que dice uno de los párrafos del artículo 92 de la ley Electoral y de Partidos Políticos, que claramente dice “no podrá suspenderse un partido después de la convocatoria a una elección y hasta que ésta se haya celebrado.”

Causó indignación y sorpresa en la población pensante, la arbitraria petición del Ministerio Público, de pedir al juez Fredy Orellana, la cancelación del partido que postuló a la presidencia de la República a Bernardo Arévalo, que quedó de segundo en las elecciones del 25 de junio, acción arbitraria antipolítica y denota un absoluto conocimiento de la ley en los funcionarios del MP. y el Organismo Judicial, que violan y quebrantan el Estado de derecho. En los últimos años Guatemala está inmersa en un Estado anárquico y fallido, producto de la irresponsabilidad de los que detentan las entidades estatales, que no guardan distancia, y no cumplen con la autonomía que regula la Constitución, que es violada y pisoteada por los pésimos y corruptos funcionarios que hemos tenido en los últimos años.

Hay una intención maligna e ilegal del ente investigador que haciendo gala de prepotencia, allanó las oficinas el Registro Electoral, para secuestrar toda la documentación que dio vida como ente jurídico, al Partido Semilla, para analizarlos y establecer si la documentación que presentó la entidad cuando solicitó su registro como ente político, fue con firmas falsificadas de sus afiliados que se dice, recibieron dinero para su afiliación, hecho que los dirigentes de la entidad aseguran, no es verdad y se les acusa de lavado de dinero, falsedad y otros hecho que en su momento no fueron denunciados.

Guatemala, está viviendo una dictadura solapada y una franca violación a la carta magna y quienes la han violado han cometido el delito de fraude de ley y ha lugar a su encausamiento y deducirles responsabilidades civiles y penales.

En el pasado los golpes de Estado se daban mediante las armas y el uniforme. Ahora es diferente, se viola la Constitución y es aquí, el pueblo debe unirse no entorno a un candidato, sino defender su voluntad en las urnas el pasado junio y exigir a los funcionarios que antes de proceder a una arbitrariedad se vean en el espejo de la historia de las dictaduras militares que en el pasado han dejado una huella que los dictadores de hoy, pugnan por su renacimiento, que el guatemalteco honrado, por ninguna razón a costa de su vida no debe, ni debe permitir.

Si hoy nos quedamos callados y somos simples testigos contestes de lo que está ocurriendo con la violación a las leyes, seriamos cómplices absolutos de la dictadura de los tiempos modernos, que ha dado lugar a que Guatemala, a nivel mundial tengamos un rango mínimo de 22 votos de aceptación, similares a las dictaduras de los gobiernos corruptos y torpes de Venezuela y Nicaragua.

El proceso electoral debe seguir su curso. Que sea el pueblo que, en los comicios del 20 de agosto, decidan por los dos aspirantes que lograron la mayoría de sufragios en las elecciones del pasado 25 de junio, entre Sandra Torres de la UNE. Bernardo Arévalo del grupo Semilla, entidades de izquierda moderada.

En este embrollo político donde los “masters y doctores” del TSE. han dado muestras de poca capacidad y personalidad y serán ellos los responsables de acatar una disposición ilegal y violatoria a la Constitución y habría que profundizar quiénes de los funcionarios del gobierno y aspirantes perdedores de los recientes comicios, serian los beneficiados con la no participación de Arévalo, en la segunda vuelta que fue oficializada por el ente electoral, que debe demostrar que no está de adorno y ampararse en lo que dice la Constitución,  que es difícil; todos sabemos cómo fueron elegidos:  son una pantomima de la supuesta democracia que tenemos. De accederse a petición del MP. por el juez Orellana y el MP. es un golpe de Estado a la Constitución…

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