Walter Juárez Estrada
Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral están en el ojo del huracán, ha trascendido las controversias en las resoluciones que han proferido previo a la convocatoria de las elecciones generales del año entrante. Se conoce que el primer presidente de esta magistratura Mynor Franco, quiere imponer su autoridad de lo que por ley tienen sus otros cuatro colegas. Franco, es una pieza de la Unidad Nacional de la Esperanza y tiene relación desde hace años con la dirigente de esta entidad, Sandra Julieta Torres Casanova, como quedó demostrado cuando fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, que favoreció en sus fallos a la ex Primera Dama de Colom.
Es imperativo que el pueblo conozca de cerca el funcionamiento del ente electoral, que está en el ojo del huracán por la controversia que tienen los magistrados. En fecha reciente, la magistrada Blanca Alfaro Guerra de Nájera, tuvo un altercado con Franco, que le increpó por qué no se asociaba a él y sus resoluciones. En fecha reciente, una resolución parcial del TSE da vía libre a la UNE para participar en las elecciones próximas a pesar de que Torres Casanova hasta hoy no ha resuelto en los tribunales penales su situación jurídica, al imputarle que, en 2015, cuando se postuló para la presidencia, recibió dinero sin que haya justificado ante el organismo electoral quiénes habían sido esos financistas o si es producto del narcotráfico. La actual magistratura del Tribunal Supremo Electoral, ha sido severamente cuestionada por la forma en que fueron elegidos por el Congreso dichos magistrados, que no tienen ni la menor pizca de capacidad de los que fueron sus antecesores Arturo Herbruger Asturias, Félix Castillo Milla y el intachable, Mario Roberto Guerra Roldán. Si los magistrados del ente electoral no llegan a consenso en sus resoluciones, esto puede dar lugar que el próximo proceso electoral se judicialice las resoluciones que emitan se sustancien en los órganos jurisdiccionales y podría dar lugar a que el pueblo les pida rendimiento de cuentas, actuando encuadrados a derecho para dar la confianza al pueblo, el proceso electoral que se avecina. Pues de no ser así, el pueblo puede pedirle rendimiento de cuentas. No hay que olvidar, que el Congreso ya asignó al Organismo Electoral millonarias sumas de dinero para el proceso electoral del año entrante, los magistrados están haciendo un mal uso de dicho dinero e inventan viajes al extranjero, con miles de Quetzales en viáticos para darse la gran vida.
La Contraloría General de Cuentas, debe realizar a fondo una fiscalización de esos millones de quetzales, que no pueden tirarse a la basura para complacer los gustos de los funcionarios electorales. La recién designada presidenta de este organismo, Irma Palencia Orellana, debe de mostrar carácter y no dejarse manipular por Franco, sin olvidar que a la vez varios de los partidos que participarán en las elecciones han sido objeto de una profunda investigación y los magistrados son complacientes, no solo con la UNE, sino que también con la Unidad del Cambio Nacional, del narcotraficante Mario Estrada Orellana, preso y condenado en Estados Unidos, por este mismo delito y por intentar asesinar a la exfiscal: Thelma Esperanza Aldana Hernández.
El pueblo no puede cruzarse de brazos y ser cómplice de un organismo electoral que debe generar confianza y credibilidad dentro de un debido proceso comicial, y en caso contrario se da por seguro que el pueblo se abstendrá de participar en las elecciones entrantes y el abstencionismo será el gran ganador.