Walter Juárez Estrada

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Walter Juárez Estrada

Los guatemaltecos reiteradamente han demandado de los políticos que se cierre el Parlacén, pues consideran que es un organismo híbrido sin ninguna proyección futurista y un marcado desgaste presupuestario anual de más de 13 millones de quetzales, para cubrir el salario de los 20 diputados que representan a nuestro país.  Esos ofrecimientos son promesas de campaña que no se cumplen cuando el ciudadano que es electo, se olvida porque recibe presiones de esos grupos corruptos que tienen el Parlamento Centroamericano, como sombrilla de protección para no ser enjuiciados por actos ilícitos en su gestión como se ha visto desde que esa entidad se fundó en 1986.

El guatemalteco que no padece de amnesia recuerda que el hoy mandatario Alejandro Giammattei, ofreció que si llegaba a ser presidente una de sus prioridades sería denunciar el tratado y que nuestro país se “saliera del Parlacén”. El tiempo ahora nos da la razón de una promesa de esos políticos que buscan adeptos y que son “falsos” cuando están gobernando. El frustrado aspirante a la presidencia Edmund Mulett, con experiencia en organismos mundiales, aseguró en su campaña que, en entonces su partido Humanista, no presentaría candidatos al citado organismo y lo cumplió.

Ahora que se avecina otro proceso electoral el pueblo debe armarse de valor y demandar a los aspirantes presidenciales que públicamente signen un documento donde se comprometan “si ganan” la presidencia, a denunciar el tratado y que Guatemala se salga del Parlacén. El comediante expresidente de ingrata recordación Jimmy Morales, tuvo que sortear los obstáculos que se le pusieron minutos después de resignar el mando en Giammattei, que se le juramentara como diputado a ese organismo, porque conocía que estaba vigente una orden de aprehensión por financiamiento ilícito, pero se salvó de ser apresado porque los  directivos,  hicieron lo posible para que el exgobernante fuese juramentado y así evitó ser capturado y hubo necesidad que la fuerza pública interviniera, porque un grupos de personas intentó linchar al exgobernante.

El Parlamento Centroamericano es el resultado de los acuerdos de paz Esquipulas 1 y 2 que se suscribió en 1987 y fue una propuesta de Guatemala, a través del connotado político de grata recordación, recientemente fallecido Roberto Vicente Carpio Nicolle, luego de la reunión en Esquipulas en la administración de Vinicio Arévalo. Se hicieron los acercamientos con los presidentes centroamericanos para que se integraran al Parlacén. Costa Rica se unió, pero no   asignó a ningún representante, porque lo consideró con alguna razón justificable y ahora el tiempo le da la razón que el Parlamento Centroamericano, no sirve para nada.  Con el correr de los años se adhirieron a la entidad Panamá y la República Dominicana.

El Parlacén  casi desde su  creación, está pasando por una crisis que amerita un estudio a fondo en lo que corresponde a Guatemala para denunciar el tratado y salirse de esa entidad que no sirve para nada y es un desgaste no solo político, sino que económico y como se ha dicho,  refugio de exgobernantes,  políticos y narcos,  por lo que ahora que estamos a las puertas de un  proceso electoral, exigir  a los políticos, que denuncien el tratado y que no postulen  candidatos a ese organismo, porque en lo que corresponde a Guatemala, no le sirve para nada, como ha sido siempre y es saludable que los fondos que reciben los diputados, sean para mejorar el salario de los médicos, crear más hospitales, escuelas y beneficiar a la clase desposeída.

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