Víctor Ferrigno F.

Jurista, analista político y periodista de opinión desde 1978, en Guatemala, El Salvador y México. Experiencia académica en las universidades Rafael Landívar y San Carlos de Guatemala; Universidad de El Salvador; Universidad Nacional Autónoma de México; Pontificia Universidad Católica del Perú; y Universidad de Utrecht, Países Bajos. Ensayista, traductor y editor. Especialista en Etno-desarrollo, Derecho Indígena y Litigio Estratégico. Experiencia laboral como funcionario de la ONU, consultor de organismos internacionales y nacionales, asesor de Pueblos Indígenas y organizaciones sociales, carpintero y agro-ecólogo. Apasionado por la vida, sobreviviente del conflicto armado, luchador por una Guatemala plurinacional, con justicia, democracia y equidad.

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Víctor Ferrigno F.

Justicia y libertad para Virginia Laparra, una fiscal proba que está siendo criminalizada.

El pasado domingo 5 de junio, se eligieron gubernaturas en seis estados de México; cuatro fueron ganadas por el partido Morena, de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Así, Morena se constituye el partido de más rápido crecimiento en la historia electoral de México, pues en menos de cuatro años ha ganado la presidencia de la República, la mayoría en el Congreso y en el Senado, y las gubernaturas de veinte de 32 estados. Por eso no es exagerado decir que el progresismo arrasó en México, aplastando a partidos que, como el Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuentan con más de 93 años de existencia.

El triunfo de Morena fue significativo, pues las seis gubernaturas que se disputaron el domingo pasado estaban en manos de la oposición, integrada por tres partidos: Revolucionario Institucional (centro-derecha), Partido Acción Nacional (PAN, derecha), y de la Revolución Democrática (PRD), que se reivindica social-demócrata. Estos partidos contendieron coaligados en algunos casos, y solos en otros. Todos, sin excepción, han venido de más a menos, perdiendo diputados, senadores y gobernadores.

La geopolítica, entendida como el análisis del ejercicio del poder en un territorio y en un tiempo determinados, nos permite prever el desenvolvimiento de los factores de dominio en nuestro continente, siendo evidente que el progresismo está recuperando fuerza y tiende a aumentar su poder político, social, económico y territorial, por la vía electoral.

Después de varios años de gobiernos neoliberales el progresismo avanza en el continente, con los triunfos de Luis Arce Catacora, en Bolivia; Gabriel Boric, en Chile; Xiomara Castro en Honduras; y el del exguerrillero (M-19) y exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien ganó la primera vuelta electoral en Colombia. El previsible triunfo del izquierdista Petro (44.9% según la encuesta del Centro Nacional de Consultoría) acelerará el debilitamiento del uribismo, y provocará un cambio de política ante las decenas de bases militares estadounidenses desplegadas en Colombia, con el criterio de “contener la amenaza bolivariana”, presuntamente encarnada por Venezuela.

Para el 2 de octubre están convocadas las elecciones presidenciales y legislativas de Brasil. El expresidente Lula da Silva (2003-2010) lidera las encuestas con un 48% de las preferencias, según sondeo de la consultora Datafolha, lo que significaría una posible victoria en primera vuelta, y un retorno de la izquierda al gobierno del mayor país de Latinoamérica.

“Es un honor, estar con Obrador”, es la consigna que miles de mexicanos corean durante las apariciones públicas de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el Presidente de México, que ha iniciado un cambio de régimen en un país que estaba sumido en una rampante corrupción y en una sangrienta inseguridad pública.

AMLO es el segundo líder más popular del mundo (65%, Financial Times); además, ha roto todos los parámetros comunicacionales en México, al grado que casi todos los programas noticiosos o de opinión vienen en vertiginosa picada, pues todas las mañanas, de 7:00 a 8:00 horas, comparece ante la nación, en una conferencia de prensa llamada “La Mañanera”, que rompe records de audiencia, y es retransmitida por decenas de canales de youtuberos. Algunos de estos ya cuentan con más de un millón de suscriptores, y retransmiten en tiempo real en México y en EE. UU., donde viven 40 millones de mexicanos.

El avance del progresismo en el continente y la creciente incidencia geopolítica de AMLO le ha permitido plantar cara al hegemonismo de EE. UU. y, junto a otros presidentes, decidió no asistir a la Cumbre de las Américas, por la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua, mientras 25 países manifestaron su desacuerdo con la exclusión. Ningún país tiene derecho a excluir a otro, afirmó.

López Obrador ha reiterado que los conservadores deben entender que hay un cambio de época, y que los principios de no intervención y libre determinación de los pueblos son una creciente realidad.

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