Sandra Xinico Batz
sxinicobatz@gmail.com
Estamos viviendo la decrepitud del sistema político criollo-ladino, que insiste en demostrarnos que bajo este modelo nada mejorará para las mayorías, que la institucionalidad está al servicio de la impunidad y a quienes se atrevan a irse contra corriente serán extirpados, tal como está sucediendo con Juan Francisco Sandoval, quien ha sido destituido por la Fiscal General del Ministerio Público Consuelo Porras, para que ya no sea un obstáculo a su gestión abiertamente pro gobierno y otros grupos criminales, que incluyen funcionarios del Estado, narcotraficantes y grandes empresarios.
Las crisis pueden volverse (más) críticas; estamos en medio de una pandemia que ha agudizado el empobrecimiento, que ya persistía en este país colonizado y racista. Este modelo político es de devastación y no dará tregua, por esto es fundamental el pensamiento crítico y la organización, porque llegar hasta acá ha sido resultado de la construcción de una nación colonial, que se irguió sobre la desigualdad y esto es algo que no ha sido superado. En política no se puede construir algo diferente si se mantienen intocables los cimientos; abiertamente me refiero también a la responsabilidad de Estados Unidos en el pudrimiento del sistema político guatemalteco, a cuya decadencia han abonado en distintas ocasiones, si olvidamos esto seguiremos condenadas y condenados a este chiquero que se nos ha impuesto como “democracia”.
Bajo este modelo político aquellas y aquellos que sean personas éticas serán perseguidas y constantemente se buscará anularlas, decenas de personas están siendo criminalizadas por defender sus derechos. Si no te dejas cooptar te desecho, este es uno de los principios del Estado decadente que se dedica empecinadamente a defender a las élites criminales. La corrupción es un mecanismo del Estado decadente para sostenerse, es un círculo vicioso que le permite permanencia; se recurre a la corrupción intencionadamente para que nada cambie, es parte de la naturaleza del modelo político criollo-mestizo, por eso es que el problema es el modelo y por esto es que hay que destruirlo, para generar algo verdaderamente distinto.
Los poderosos están controlando las leyes y las instituciones del Estado, funcionarios como Alejandro Giammattei y Consuelo Porras están al servicio de estos, se les ha mandatado protegerlos, así lo han hecho también con los gobiernos anteriores y cuando un gobierno tuvo la voluntad de no hacerlo los Estados Unidos intervinieron para provocar su derrocamiento, por ello la memoria es fundamental, porque nuestra liberación no está en manos de nuestros verdugos.
Por supuesto que es indignante que funcionarios éticos como Juan Francisco Sandoval tengan que irse del país para resguardar sus vidas, este modelo político provoca la expulsión de miles de personas trabajadoras, que para no morir deben migrar tanto fuera como dentro del país y si el modelo no cambia y su control sigue en manos de los mismo de siempre, esta será una realidad que se seguirá repitiendo una y otra vez.
¿Cuánto más falta? ¿Qué más tiene que suceder?
Sobra el hambre, la injusticia, el empobrecimiento y la desigualdad. Su modelo criollo-ladino está en decadencia.