Samuel Flores

Periodista, fotógrafo y catedrático universitario, interesado en la recuperación de la memoria histórica del periodismo en Guatemala. Comprometido con la formación académica de la juventud mediante la investigación, verdad y justicia. Opositor a la corrupción, despilfarro y excesos cometidos por los gobernantes y funcionarios que se han enriquecido a base de la pobreza extrema de la población principalmente en el área rural.

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Samuel Flores

Esta cantidad debe destinarse para mantener a una familia compuesta de dos adultos y tres niños en temas de alimentación, vestuario, salud, vivienda, transporte, entre otras necesidades. A finales de octubre mostró un incremento de Q68.21 comparado con el mes de septiembre 2021.

Los principales productos al alza son: energía eléctrica, diésel, gas propano, gasolina superior, regular; pepino, chile pimiento, repollo, güicoy, hierbas, crema fresca, frutas de estación, aceites, entre otros, de acuerdo con el índice de precios al consumidor del INE.

Una familia de cinco miembros invierte al menos Q92.06 diarios en alimentación. Lo que significa que al mes gastará Q3,054.55 para cubrir los costos de la Canasta Básica Alimentaria, CBA. Otros productos que registraron alza son: libra de carne de res con hueso, pollo, cebolla, tomate, pan, frijol, azúcar, huevos.

A esta cantidad, hay que sumar los gastos por alquiler, estudio, transporte, vestuario, servicios médicos, medicina, y otros, dando como resultado el encarecimiento en el costo de vida de la población guatemalteca.

En el área rural y cinturones de pobreza urbana existen hogares desintegrados con madres solteras, viudas, familias que reciben de Q30.00 a Q40.00 diarios por su trabajo en fincas dedicadas al monocultivo, industria extractiva y cosecha de productos de exportación. Son estos segmentos de la población los que se ven afectados por el alza a los productos de la canasta básica.

El encarecimiento de los combustibles y sus derivados incrementa los costos de producción de millares de agricultores en el área rural. Esa cadena productiva se ve afectada pues encarece los precios de las verduras, frutas y otros por concepto de transporte.

La población está abandonada a su suerte, sin acciones del gobierno para buscar una solución. El desempleo originado por la pandemia incrementa la incertidumbre de millares de familias que en la mayoría de casos deja de alimentar a los hijos para poder costear el tratamiento médico ante los contagios de COVID-19.

Con 15,437 fallecidos, 605,660 casos acumulados, 3,613 casos activos, 163 municipios en alerta roja y 101 en anaranjado, y apenas 3 millones 386 mil 402 guatemaltecos vacunados con esquema completo, es indudable que en los próximos días afrontaremos una cuarta ola de contagios, principalmente por las tradicionales celebraciones de fin de año que se aproximan.

Con 8 millones 810 mil 088 dosis administradas, de las cuales 5 millones 423 mil 686 son de primera dosis, la “vacunación de rebaño” está lejos de cristalizarse.

Ante esta realidad los guatemaltecos afrontamos un panorama oscuro, de incremento de pobreza y pobreza extrema, repuntes por olas de contagio. Es necesario que las autoridades asuman su responsabilidad principalmente en el área rural y cinturones de pobreza urbana donde se encuentra la mayor cantidad de niñas, niños, adolescentes, jóvenes, mujeres, adultos mayores, que necesitan la intervención del gobierno para atender sus necesidades.

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