Samuel Flores

Periodista, fotógrafo y catedrático universitario, interesado en la recuperación de la memoria histórica del periodismo en Guatemala. Comprometido con la formación académica de la juventud mediante la investigación, verdad y justicia. Opositor a la corrupción, despilfarro y excesos cometidos por los gobernantes y funcionarios que se han enriquecido a base de la pobreza extrema de la población principalmente en el área rural.

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Samuel Flores

Cada día la población, organizaciones civiles, indígenas, campesinas, sectores académicos, la PDH, y otras se adhieren al llamado para que el mandatario renuncie junto a la ministra de Salud, Amelia Flores, y al canciller Pedro Brolo, por el pésimo manejo que han tenido para contener la pandemia.

El detonante es la incapacidad del gobierno en la adquisición efectiva de las vacunas contra el COVID-19. El mandatario se lava las manos -justificando su apatía- diciendo: “La población no se quiere vacunar y se rehúsa a usar la mascarilla”. La ministra de Salud evade su responsabilidad divulgando los cargamentos que a cuentagotas recibe del Fondo de Inversión Directa de Rusia.

Es indudable que los responsables de este leonino y obscuro contrato son: el mandatario, el canciller Pedro Brolo, y la ministra de Salud. Pese al viaje que en calidad de turista realizó el ministro de relaciones exteriores a Rusia, y que costó más de Q75 mil a la población, a la fecha solo 350 mil dosis ha recibido Guatemala de la vacuna Sputnik V.

Con 9,419 fallecidos, 301,189 casos acumulados, y 23,870 casos activos, la Coordinación de ONG y Cooperativas, CONGCOOP, califica como “desastre en el manejo de la pandemia, y se confirma con mayores contagios, existencia de varias cepas del coronavirus en Guatemala, escasez de pruebas para detectar el virus, la falta de vacunas, de medicamentos, incumplimiento de pago al personal médico de primera línea, y medidas en las que prevalecen más los intereses económicos, que las vidas de guatemaltecos”.

Exalumnos del Liceo Guatemala, promoción 1970, emitieron un manifiesto señalando que la emergencia sanitaria no ha sido atendida, que los guatemaltecos sufrimos la ineficaz e ineficiente forma de combatir la pandemia, pese a que el gobierno cuenta con millones de quetzales aprobados por el Congreso de la República.

Al clamor se unen médicos y personal médico de primera línea, académicos, PDH, la Plataforma Cívica, Pacto Ciudadano, Alianza Convergencia por los Derechos Humanos, Instituto por la Democracia, ID, Justicia Ya, Fundación Myrna Mack, Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas, el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala, la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos, el Centro de Análisis Forense y Ciencias Aplicadas, y el Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial.

Hoy el mandatario guarda silencio mostrando indiferencia ante el creciente número de defunciones, de contagios y al éxodo que guatemaltecos hacen al extranjero para vacunarse. Es urgente atender el llamado de atención de la población para evitar que se repliquen las manifestaciones y protestas que imperan en Colombia. Los guatemaltecos debemos demandar nuestro derecho a la Salud, en el que prevalezca la descentralización y pertinencia cultural.

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