Rodulfo Santizo

minchitoss1@yahoo.com

Guatemalteco, migrante, facilitador de procesos para fortalecer el tejido social, visor y monitor del bienestar social, multifacético, persistente, soñador por una Guatemala diferente, gestor en desarrollo.

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La prueba y error de siempre nos tiene estancados como país, tenemos un sistema burocrático inoperante donde el servicio público actúa solo por un interés económico al devengar un salario que no se traduce en resultados para la población porque los funcionarios públicos no dan la talla y su desempeño es mediocre y el costo beneficio deja mucho que desear.

En columnas anteriores he manifestado que cada día el gobierno crece y crece en cantidad, pero no en calidad con empleados públicos comprometidos y eficientes. Lo peor del asunto estriba en que se dan el lujo de solicitar préstamos para funcionamiento y cubrir los salarios de tanto funcionario al que se le tiene premiar porque es amigo de alguien influyente, novio, novia, amante o porque fue parte del proceso para llegar a gobernar.

Es tiempo ya de hacer un alto para reconstruir el estado, reduciéndolo, donde la meritocracia sea el eje central para ocupar un puesto público; urge una Ley de Servicio  Civil adaptada a un país en desarrollo, porque no es posible que una nación con tanta desigualdad, con marcada desnutrición, pobreza extrema, desatención en salud, educación, generador de producto humano de exportación, porque la migración es hoy la única forma de superación y que tengamos empleados públicos con privilegios de Reyes, dándoles de comer, con servicios de vehículos modernos como automóviles, helicópteros, etc.

Guatemala necesita una verdadera reconversión, en el que hacer público somos un país que debe adoptar políticas públicas de verdadera austeridad, donde los tres poderes del estado entren en un análisis profundo de sus presupuestos para que se asignen recursos con verdadera responsabilidad social y que las finanzas del estado vayan a generar oportunidades en servicios públicos y oportunidades de superación para que la población tenga acceso a satisfacer las necesidades básicas de vestuario, salud, alimentación, vivienda, entre otros.

No es posible que un país tan pequeño sea recorrido por muchos funcionarios públicos de alto nivel en aeronaves como helicópteros o avionetas, cuando es más práctico y  más barato hacerlo en vehículo de cuatro ruedas, teniendo la ventaja de que estos “Funcionarios” conozcan verdaderamente el país, porque no se va perder mayor cosas que no estén en  la cede de gobierno todos los días, se debe tener presencia en todos los rincones del país  y como lo he dicho siempre es tiempo de arremangarse la camisa y los pantalones y ponerse  las botes de hule e ir a trabajar poniéndole el ejemplo a muchos empleados que solo están en el puesto por el salario, esperando pasar las 8 horas laborales e irse a la casa como que nada pasa.

Las neuronas deben funcionar en el quehacer gubernamental, pero también hace falta testosterona y progesterona, porque no es suficiente  tener buenos sentimientos e  intenciones para trabajar y gobernar un país, se requiere de temple y ser enérgico cuando las circunstancias así lo requieren.

Aparte de todo esto, se requiere de una “Sociedad Civil» más comprometida, ya basta de liderazgos de papel o de redes sociales, urgen verdaderos tejedores de procesos sociales que tengan visión amplia y periférica del pasado, presente y futuro con conocimientos de nuestra realidad guatemalteca, que estén en la vanguardia y no en la retaguardia. Los liderazgos deben ser verdaderos promotores del cambio para reclamar con autoridad y propiedad, forzando diálogo verdadero con compromisos y seguimiento de nuestras propuestas para satisfacer nuestras necesidades.

De nuestra responsabilidad social depende que tengamos un país donde reine la buena función pública con funcionarios que nos presten un servicio pronto, de calidad y que tengan ese compromiso de mejora continua, acostumbrados a relacionarse con una sociedad civil de propuesta, exigente y que está atenta al acontecer y actuar de los servidores públicos. Necesitamos personas de mayor conocimiento y que estén al frente de movimientos sociales que nos motiven a todos a participar en esos cambios que requieren nuestros territorios, los puestos designados por la sociedad civil son de gran honor y se deben representar y defender con verdadero pundonor. Fortalezcamos nuestro tejido social y seamos buenos tejedores, urdiendo esos hilos como los que se ven en nuestros coloridos y vistosos güipiles.

 

 

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