José Roberto Alejos Cámbara
Relación igual a CONFIANZA. De acuerdo con la metodología de Harvard para la negociación, el diálogo del que hablamos la semana pasada, (comunicación) es el primer paso y probablemente el más importante porque sin ella no podemos pasar al segundo de ellos: la relación. Sólo por medio de una buena relación se puede iniciar un diálogo, palabra clave para llegar a una negociación, entendiendo negociación como un acuerdo, acuerdo basado en intereses, entendiendo intereses como las necesidades de las partes en la negociación. En pocas palabras, para llegar a un acuerdo es necesario tener una buena relación para que por medio del diálogo se llegue a una buena negociación.
Pero, si relación es igual a confianza, ¿puede este gobierno convocar a un diálogo para iniciar un proceso de negociación? De hecho, nadie confía en nosotros los políticos, menos en los políticos de mentiras y en el poder. Desde el inicio, se puso en duda cómo se eligió la Junta Directiva del Congreso; se les concedió el préstamo más grande de la historia de este país, sin que a la fecha se sepa con claridad en qué se lo gastaron. Se esperaba una ayuda económica para prevenir la crisis causada por la pandemia y todavía se sigue escuchando en todas partes: ¡EN DÓNDE ESTÁ EL DINERO! Dimos gracias porque un médico estaba a cargo del país en plena pandemia y resultó que no la supo manejar; se sigue sin aclarar quién realmente quemó las ventanas del Congreso y por qué sigue rodeado de láminas aparentando que lo están reparando.
Se terminó el 2020 con la promesa de que al Vicepresidente se le devolverían sus funciones y que habría cambios de ministros y no se hizo. No se sabe qué realmente pasó con las vacunas. Aparecen millones de quetzales en una residencia y aunque se sabe de quién es la plata, no se hace nada al respecto. Seguimos sin elegir cortes y se le ofrece a la comunidad internacional que se seguirá la lucha contra la corrupción apoyando a la FECI, pero repentinamente se despide al fiscal que la comunidad internacional apoyaba, provocando un rechazo contra la Fiscal General pidiéndole la renuncia. Hoy, manifestaciones continuas y permanentes, cierre de carreteras y bloqueos, amenazas de más medidas y pidiendo la renuncia del Presidente o, como mínimo, implementar legalmente la revocatoria del mandato.
Esta situación ya la vivimos en el pasado reciente. La situación regional y la coyuntura mundial obligaron al país a entrar a un proceso de diálogo para alcanzar la Paz. Se buscó por medio de acuerdos la firma de lo que debió ser el final de algo malo para ser el principio de algo mejor. Pero, no caminaba, precisamente por falta de confianza entre las partes después de tantos años de confrontación. Se buscó el apoyo de países amigos, del grupo de Contadora y finalmente, la intervención de Naciones Unidas que nos dio un relator, mediador, negociador que llegó a convertirse en un órgano verificador del cumplimiento de los acuerdos alcanzados. Pero hoy, que aunque vivimos una supuesta paz firme y duradera, estamos tan confrontados como en tiempos de la guerra y tan necesitados como entonces de un proceso de diálogo y negociación, vemos a los países amigos como enemigos. ¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo garantizar un diálogo? CONTINUARÁ.