José Roberto Alejos Cámbara

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José Roberto Alejos Cámbara

Si bien se han realizado esfuerzos en diferentes momentos históricos en relación a las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, se ha evidenciado que los problemas no son solamente los cambios que se necesitan. Para lograr avances, el tema pasa por las personas.

Continúo insistiendo en las reformas que hacen falta, que aunque han quedado en buenas intenciones, sin una fiscalización real a cada uno de los partidos políticos, el involucramiento de la sociedad civil y el acompañamiento para que la población tenga la información sin que existan compadrazgos establecidos, está lejos de lograrse.

No se trata solamente de reformas… tenemos que empezar a hablar de personas, de mujeres, hombres, jóvenes, indígenas comprometidas por un mejor país, que representen a la población en general y no solamente a sus intereses personales, que puedan participar en los partidos políticos y por ende en los procesos electorales sin que exista favoritismos, negociaciones o dinero de por medio.

Ya pudimos constatar que no se trata solo de la participación de jóvenes o de mujeres, que si bien es cierto aún es bajo, no representan los intereses sectoriales ni de la población, se trata de llevar a los mejores, que no tengan compromisos, ni nada que los ate a la vieja política.

La pregunta que debe llevarnos a la reflexión es: ¿Qué debemos hacer para lograr esa participación plena, comprometida y que permita la apertura democrática y participativa en los partidos políticos, que nos lleve a esos cambios trascendentales que necesita nuestra querida Guatemala?

Son las personas, mujeres, hombres, jóvenes e indígenas, que ahora no están en la política las que pueden hacer este cambio. Las personas son las que hacen las instituciones aunque se piense lo contrario.

Se necesitan personas proactivas, líderes conscientes de la realidad de Guatemala que estén dispuestas a trabajar por un mejor país, sin pedir nada personal a cambio. Las personas que ahora no están en la política, son las que deben trabajar por democratizar los espacios de participación e involucrarse en estos.

Las reformas son necesarias y urgentes, pero el involucramiento activo y comprometido de la ciudadanía debe ser el promotor de estas y más acciones. El camino para transformar Guatemala lo encontramos por ahora en la participación dentro de los partidos políticos. Pero antes, tenemos que transformar dichos partidos para convertirlos en las verdaderas organizaciones de representación y participación activa y consciente.

Sin embargo, la conclusión es la misma, es un tema de personas. De gente con un verdadero sentido de cambio, inclusión, compromiso y responsabilidad, porque aunque el panorama parece desalentador, aunque estemos cansados de los políticos tradicionales, es momento de exigir las condiciones necesarias involucrarse y participar.

Vamos a construir aquí una propuesta, tema por tema. Los temas que ya se aprobaron, con buenas intenciones pero que hay que revisar. Los temas que estamos exigiendo realizar como reformas soñadas y los temas que no son posibles sin una reforma Constitucional.

Pero por décima vez, quiero insistir en que es un tema de personas y las personas encargadas de hacer las reformas ahora no van a querer hacerlas.

Es urgente que quienes promovemos los cambios profundos y la ciudadanía en general se involucren. Hagamos ciudadanía para todas y todos. Hagamos que los que no quieren, quieran. Caminemos, participemos o no avanzamos.

 

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