Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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La consecuencia política –actuar en política con base a principios y valores de la ideología propia- guio los pasos de las generaciones revolucionarias, hasta el punto de ofrendar la vida en aras de los más caros ideales; pero, hoy, es una virtud en vías de extinción, al pasar al relativismo en las acciones políticas. En esta fecha se cumplen dieciocho años de la muerte del Comandante Gaspar Ilom de la URNG, verdadero ejemplo de consecuencia política. En la lucha revolucionaria estuvo al frente de su organización guerrillera; en el trabajo político forjó redes nacionales e internacionales de apoyo; en la búsqueda de la paz, estuvo en las difíciles negociaciones mediadas por las Naciones Unidas; y en la consolidación de la paz ayudó a convertir el movimiento revolucionario en partido político, con el que participó en la política nacional. En cada dimensión, fue consecuente con su condición de revolucionario de izquierda y fiel a su ideología socialista.

A partir de 1997, la participación política se ha ido haciendo gelatinosa, llevada de la mano de las mafias de la corrupción que el régimen ha engendrado y el oportunismo que se generó en torno a la política. Es evidente en el proceso electoral actual. Nadie entiende lo que son los partidos políticos, particularmente las opciones de derecha, crecidas como hongos venenosos con el apoyo de Washington. Sus militantes, dirigentes y candidatos se cambian de partido como camiseta los jugadores de fútbol al mejor postor. Ahí, la consecuencia política es inexistente. Los factores determinantes son favores políticos y dinero y vemos hoy el juego de “sillas musicales” de antiguos dirigentes, incluso el ex vicepresidente de la UNE que aparece como dueño del Partido Republicano. La inconsecuencia mayor, sin embargo, es que verdaderos delincuentes, que merecen la cárcel, aparezcan como candidatos para continuar con el abuso y el robo.

Lamento también que haya habido inconsecuencia política entre la gente honesta, incluida la izquierda. Entiendo que la unidad de las fuerzas honestas no se pudiera concretar por razones tanto válidas como inválidas. Es un hecho, que apareja consecuencias negativas. Pero lo que resulta inaudito es que entre las pocas opciones honestas, solamente cinco fuerzas, se ataquen entre sí. El enemigo no es la fuerza política honesta que nos pueda aventajar; el enemigo a derrotar son las mafias corruptas que quieren continuar con el secuestro del Estado. Sustraer votos a quienes debiesen ser considerados como aliados no tiene sentido ni muestra la necesaria consecuencia. Es el momento de los sacrificios personales y colectivos por el bien de las grandes mayorías. Por ello apelo, en términos del binomio presidencial, a que se reúnan las dirigencias de MLP, Semilla, URNG, VOS y Winaq, analicen de la manera más objetiva las posibilidades de triunfo de cada candidatura de binomio y decidan darle sus votos a la que pueda ganar. Esto implica que el MLP abandone el voto nulo para binomio presidencial y traslade sus votos al elegido. Hagamos lo mismo para los demás cargos y podemos derrotar el fraude electoral; eso es consecuencia política.

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