Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raul  Molina

No sé si el Consejo Superior Universitario (CSU) de la USAC conmemoró la autonomía universitaria al cumplirse setentaisiete años del decreto de la Revolución de Octubre de 1944. La prensa no recogió nada al respecto y sectores universitarios que se expresaron el 1 de diciembre se preguntaban, más bien, ¿celebrar qué, al considerar que dicha autonomía ha sido violada o mancillada de diversas maneras? La Comisión Universitaria de la Mujer afirma: “¿Celebrar este año cuando se perdió toda ética?” Y un comprometido universitario se cuestionó en redes “si estamos a la altura del momento que nos toca vivir” De ahí mi título, “Día de la Autonomía Universitaria sin pena ni gloria”, porque no sólo se ha destapado la corrupción a su interior, sino que no se visualiza su necesaria autodepuración.

El CSU convocó a un proceso electoral para rector(a) que se presta para nueva violación de la autonomía universitaria por la Corte de Constitucionalidad (CC). Ante ese proceso, que es inconstitucional y antidemocrático, el Procurador de los Derechos Humanos actuó correctamente al plantear un recurso de inconstitucionalidad, cuyo resultado  concreto corresponderá a la CC decidir: seguir con el proceso electoral para que la universidad no cambie o detenerlo y relanzarlo bajo condiciones favorables a los intereses de los enemigos de la USAC, quienes sueñan con la privatización de la misma. Ante este peligro, sugerí con suficiente anticipación que el propio CSU detuviera el proceso y modificara las normas de la elección. No se ha querido hacer, porque eso eliminaría la ventaja que tienen las candidaturas “oficiales”, atemorizadas frente a un terreno político más justo y equilibrado. Esta modalidad de corrupción, para garantizar la continuidad, augura un oscuro futuro para la universidad nacional, cada día menos autónoma. Miembros de la comunidad universitaria estamos circulando una carta que solicita al CSU que reflexione y actúe en función de los mejores intereses de la universidad; no sé cuántos firmarán, porque años de violencia militar, primero, y corrupción, después, han generado una enorme apatía, al punto de desconocerse los propios derechos y/o no luchar por ellos. Aunque la USAC luce postrada; confiamos en que responda un número apreciable de firmantes para iniciar la campaña. Proponemos el cambio inmediato del proceso para elegir rector(a), lo que nos puede abrir un amplio espacio democrático, en donde cualquiera de las y los potenciales candidatos capaces y probos a la rectoría pueda actuar en igualdad de condiciones con quienes se han aprovechado de cuarenta años de intervención militar y politiquera en los asuntos sancarlistas. La lucha por la democratización efectiva –voto de las y los profesores titulares y estudiantes de las Facultades, Escuelas Facultativas y Centros Regionales, en su totalidad- podrá identificar las personas que merezcan ser candidatas a rector, sin discriminación alguna, igual que otras para ocupar decanaturas y direcciones de escuelas y centros regionales. Es punto de partida para la transformación universitaria, a concretarse muy pronto con la Reforma Universitaria de 2022.

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