Dr. Rafael Mejicano Díaz

Cirujano Dentista. Ms. Dr.h.c., Universitario Distinguido por la Universidad de San Carlos, Decano de Ciencias de la Salud Universidad San Pablo de Guatemala, Profesor Universitario, Consultor en temas de mejoramiento de la atención odontológica y tecnología dental, Investigador CONCYT y CONAHCYT, fundador y desarrollador de Multimédica Vista Hermosa, Empresario comprometido con el desarrollo de las personas, de la familia y la patria. Ha participado como consultor en diferentes países para el mejoramiento de la tecnología dental avanzada.

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En el quehacer diario, siempre nos encontramos con equivocaciones y errores que son cometidos por nosotros o por otros, estos aspectos negativos por la misma naturaleza del ser humano, y del guatemalteco en particular, son los que más resaltan y se dan a conocer por segundas o terceras personas, principalmente de forma informal por medio de chismes o diretes.

Lo bueno, lamentablemente, es poco valorado y considerado; por ello pocas veces se comentan las características positivas de una persona, dando más valor e interés a lo malo,  mientras lo bueno mejor si se oculta o se deforma para que también se parezca a lo malo, de tal forma que pueda socialmente compartirse por medio del chisme y la comunicación informal.

Aunque de todo se aprende, no importando de donde provenga el conocimiento, muchos afirman que se aprende más de lo malo y de las malas experiencias, que de las cosas buenas, pero esta es una verdad a medias, porque lo malo y las equivocaciones son fuente de un saber vivido y aprendido, cuando es la misma persona quien comete los errores, aprende a no repetirlo y si socializa sus fracasos, servirá esto para beneficio de los que lo rodean.

Lo bueno se aprende con el ejemplo, las experiencias vividas, la educación, de esta manera  se alimenta lo bueno y el ego  del individuo, haciéndolo sentirse útil e importante en la vida, fortaleciendo el yo interno, produciendo equilibrio emocional, que es tan importante en la vida diaria.

El aprender a no cometer los mismos errores, es un aprendizaje de suma importancia y sin duda alguna ayuda a modelar nuestro comportamiento, perfeccionando nuestra personalidad, inclusive a actualizarnos,  buscando ser mejores y eficientes en lo que hacemos.

En un mundo dinámico y cambiante como en el que vivimos, siempre será necesario prestar atención a las dos vertientes, el bien y el mal, porque las dos en su conjunto nos ayudan a mantener una forma de vida equilibrada y a lograr estar siempre al día con las exigencias del diario vivir, que en esta época son tan difíciles de satisfacer.

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