Jóvenes por la Transparencia

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Por: María Gabriela González Bran 
gaby.gonzalezb2002@gmail.com
IG: gabbz_gonzalez

 

*Soy estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad Rafael Landívar. Soy muy soñadora para los realistas y muy realista para los soñadores, pero todos estamos de acuerdo con que la defensa de la vida, la libertad y la dignidad humana son claves para lograr el cambio que todos queremos para nuestra Guatemala y para nuestro mundo*

Querido lector: ¡Muy feliz año 2024! Le deseo que se venga un año lleno de aprendizajes, oportunidades, prosperidad y amor para usted y su familia. Igualmente espero que estos buenos deseos lleguen a este grupo de Jóvenes por la Transparencia, quienes hoy me dieron la oportunidad de escribir el artículo número 250. Que se vengan muchos más éxitos y escritores…

En este 2024, no es noticia nueva, se viene la transición de mando de nuestro gobierno. Entiendo que muchos podemos estar cansados de leer noticias de política y relacionadas a este tema; que podríamos ni siquiera entender qué es cierto, qué no, quién es realmente el enemigo aquí, y que podemos tener mil dudas al respecto. Se vale. Mi recomendación: vayamos poco a poco. Mi petición a ustedes: seamos responsables. Sí, la sinceridad es un valor importantísimo; sin embargo, para ser sinceros, debemos ser responsables.

Como estudiante o alumno, su responsabilidad es, valga la redundancia, estudiar, valorar la oportunidad de recibir educación, de cultivar conocimiento y formarse. Como padres de familia, su responsabilidad es educar a sus hijos en valores y asertividad, para que crezcan y sean hombres y mujeres de bien. Si son profesionales, tienen la responsabilidad de cumplir a cabalidad con sus tareas, así como servir y trabajar por nuestro país de forma transparente. A pesar de estas categorías, todos somos ciudadanos, y nuestra principal responsabilidad este año es de darle seguimiento al gobierno. Tenemos la oportunidad de empezar de cero.

Debemos seguirlo, informarnos, cuestionarlo y discutir sobre sus acciones y pronunciamientos, para que así podamos, ya sea que estemos a favor o en contra, confirmar que hicimos una buena elección, o tener la razón sobre las críticas que hicimos estos últimos meses.

Estoy muy de acuerdo con que vea o escuche análisis en cualquier lado, ya sea en medios de comunicación, redes sociales, o lo que sea, pero no se limite a eso. Estudie USTED el caso, USTED lea libros, USTED investigue sobre el funcionamiento del Congreso, de las ramas del gobierno… USTED cree SU PROPIO criterio. No se idiotice -interpretando “ser idiota” como lo explicaba Platón, que es básicamente no involucrarse en asuntos públicos y preocuparse únicamente solo en sus cosas personales-. No se deje llevar por lo primero que le digan, cuestione todo; incluso nuestras columnas.

Sí, seguramente usted puede estar pensando en este momento “qué gana”, “no tengo tiempo”, “no me importa” o “no me interesa”. Y es válido, si no lo quiere hacer, está bien, no puedo obligarlo a hacer alguna de estas cosas, pero si no quiere, sí le voy a pedir una serie de favores: primero, no promueva la desinformación; segundo, respete las opiniones ajenas, sean o no acordes a la suya; tercero, si va a opinar, use argumentos y no burlas; y, por último, no detenga a alguien de informarse. Nunca sabemos qué tanta influencia podemos llegar a tener en los demás.

Seguramente puede ser una nimiedad lo que le estoy pidiendo, ya que podría decirle que se meta a grupos de discusión, que se meta a política directamente, que sea auditor… tantas cosas. Sin embargo, recalco, si USTED no se hace responsable de sus acciones, ni de su formación en cuanto a los derechos y deberes que tiene como ciudadano, pues todo este artículo habrá sido en vano. La decisión es suya.

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