Jóvenes por la Transparencia

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Por: Luis Javier Medina

La Ciencia Política brinda a las cientistas sociales numerosas teorías para explicar la realidad. Una de mis favoritas es la denominada ‘teoría elitista’. Dicha teoría se nutre de los postulados de diversos autores como Vilfredo Pareto o Wright Mills, quienes dedicaron su vida al estudio sobre cómo una minoría siempre ostenta el poder.

Entre los autores más importantes de este enfoque se encuentra Gaetano Mosca. Este autor enunciaba que siempre, en todas las sociedades, un pequeño grupo es el que ejerce el poder. Este grupo, el cual no necesariamente tiene relación con el poder económico (cámaras o grupos empresariales), hace uso de ciertos mecanismos para perpetuarse y justificar su accionar. A ello le llamó “fórmula política”, que es cuando la mayoría de la población, regularmente indiferente a temas políticos y sociales, acepta sin mayor resistencia el sistema político predominante.

Ahora bien, ¿Qué relación tiene el contexto guatemalteco con lo que mencionaba Mosca? Los recientes resultados de las elecciones generales pueden ser el caldo de cultivo perfecto para lo que se denomina “rotación de elites”, es decir, la pérdida del poder de un grupo hegemónico y el advenimiento de uno nuevo. Tal fenómeno se puede materializar si el Movimiento Semilla se alza con la victoria el 20 de agosto, desplazando así a los sectores políticos que se han beneficiado durante décadas de lo público; abriéndose así una grieta en el sistema que podría consolidar una nueva elite en el poder. 

Si se diera este cambio será producto del debilitamiento de la legitimidad de la política tradicional. Es imposible negar que la gente está harta y cansada de la falta de respuesta del Estado guatemalteco. Por lo tanto, la justificación en el poder de los mismos de siempre finalmente expiró. Semilla, de ganar la presidencia, deberá construir una nueva fórmula política para generar confianza y mantener su proyecto político a flote, al tiempo, que deberá ser optimista en que las viejas formas de hacer política no se reorganicen otra vez.

Por tal motivo, no es deseable que solo el Movimiento Semilla lidere esta rotación de elites. Si se quiere aprovechar el momento histórico actual, es necesario que otras fuerzas políticas profundicen la grieta que se abrió el pasado 25 de junio. Especialmente, se espera que en los próximos meses y años surjan movimientos de derecha transparentes y no clientelares, que estén a la altura de las circunstancias y se conviertan en una digna oposición.

¿Y qué rol juega la ciudadanía en dicho proceso? Esta juega un papel importante en la renovación política. Al fin y al cabo, es el ciudadano quien tiene en sus manos la opción de elegir a sus representantes. La rotación de elites debe respaldarse a través del rechazo de las dinámicas políticas actuales y la incorporación de una cultura democrática que prime las ideas y la deliberación seria. 

Faltan pocos días para el balotaje. Sea el resultado que sea, tarde o temprano la rotación de poder se concretará. Recordemos que las sociedades, al igual que las personas, no son estáticas. El dilema es si estaremos preparados para ese cambio ¡esperemos que así sea!

 

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