Jóvenes por la Transparencia

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Héctor Raúl del Valle
Ig: hrdelvalle
hrdelvallem@aol.com

 

El 31 de mayo de este año, a unas cuantas semanas que se desarrollaran las Elecciones Generales en Guatemala la juventud organizó su propio espacio para que su voz fuese escuchada en medio de tanto ruido de desinformación y corrupción.

El Debate Presidencial “Inquietudes de la Juventud” fue una demostración clara de lo que viene para el país cuando su juventud se une, no solo para reclamar el espacio que merece, sino para abrir la información y hacer entender a todo aquel que pretenda optar a un cargo público la responsabilidad que conlleva el mismo, así como la rendición de cuentas que en todo momento se le va a exigir.

Cinco de los principales contendientes a la Presidencia de la República se hicieron presentes, más de 200 personas asistieron presencialmente al debate y en redes sociales más de 10,000 personas tan solo en la retransmisión del Diario La Hora a lo largo y ancho del país fueron espectadores de un debate de altura, con la rigurosidad académica y profesional que muchos otros foros dejaron a desear al permitir tantas burdas descalificaciones personales y espectáculos circenses en los que el único afectado fue el pueblo de Guatemala.

El desarrollo del debate fue impecable, porque los jóvenes que lo organizaron, así lo decidieron, se perfilaron los temas adecuados y se generó un amplio espectro de información sobre los planes que los diferentes candidatos tienen o no, enfocados en la juventud. A la fecha seguimos viendo resultados e impresiones de este debate que se llevó a cabo y no me cabe duda de que también tuvo un impacto en los resultados que para hoy estamos viendo de las urnas.

La convergencia de la juventud libre de agendas de políticos de antaño, con diversidad de inclinaciones políticas, de pensamientos, de creencias, de orígenes y de historias no me cabe la menor duda de que es una realidad, que es el presente en la historia de Guatemala y que muy pronto va a terminar de consolidar los elementos necesarios para tomar una forma tan poderosa que nunca el Estado pueda volver a faltar el respeto a la dignidad de los guatemaltecos y guatemaltecas.

Imaginen ustedes, si esta es la magnitud del impacto que tuvo un evento organizado por 5 agrupaciones juveniles en asociación con otras 40 que fueron parte de las consultas para la elaboración de los ejes temáticos y preguntas a los candidatos, la enorme reconfiguración del sistema político y democrático que podría generarse en Guatemala si un mayor porcentaje de la juventud del país se hace íntegra y organiza.

Mucho se ha hablado de que la juventud es el futuro y que a eso le apuestan los planes de gobierno, aun cuando las limitadas oportunidades educativas, de salud, de empleo y de seguridad son parte del día a día de la gran mayoría de guatemaltecos y no se diga de los jóvenes. Y me temo decirles a aquellos que se benefician de la corrupción y de la desigualdad que se les acabó la fiesta.

La juventud es hoy el motor de la política del país con mayoría de candidaturas de calidad siendo jóvenes; es la piedra angular de la economía con un alto porcentaje de jóvenes trabajadores, emprendedores e incluso migrantes que generan divisas lejos de su hogar porque las condiciones del país los orillaron a ello, así como es la razón de ser de la educación, y que está en proceso de recuperar la única universidad pública del país que le fue arrebatada por un minúsculo grupo de gente sin escrúpulos apoyada por los poderes fácticos los cuales están aterrados al ver la ola de cambio que está llegando.

Las elecciones son la fiesta de la democracia, pero que no se nos olvide que los derechos de la ciudadanía son muchos más que solo votar, la fiscalización de los procesos, la auditoría social, las denuncias y la presentación de solicitudes en dirección del bienestar común también deben estar presentes, y no solo cada 4 años, sino cada día de nuestra vida para garantizarnos dignidad, bienestar y desarrollo.

El pasado domingo el pueblo de Guatemala habló fuerte y claro, en especial un profundo agradecimiento a todos los jóvenes que tomaron las calles, centros de votación, voluntariados, espacios de divulgación e incluso los puestos clave de los partidos políticos que valían la pena, se manifestó su voluntad en las 5 papeletas y los resultados están a la vista; quienes subestimaron a la juventud no volverán a bailar sobre nuestra dignidad y derechos, nos vemos en la segunda vuelta.

La forma de hacer política del siglo XX caducó, ya bebieron, ya comieron y ya bailaron suficiente los corruptos. Ahora los jóvenes demuestran su capacidad de organización y movilización y por tanto se les informa, distinguidos serviles, sanguijuelas y corruptos, que se deben retirar del recinto de inmediato, y que a partir de este momento la música queda a cargo de la juventud guatemalteca.

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