Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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“Al votar, añadimos nuestra voz al coro que forma las opiniones y la base de las acciones”. Jens Stoltenberg

El domingo veinticinco de junio, la población guatemalteca demostró ser un conglomerado pensante y resuelto, decidió dar carpetazo a un sistema que no le representa, por medio de varias decisiones más que representativas, utilizando el único instrumento que la democracia le concede, y ese es el voto, la mayor manifestación de voluntad masiva.

Los resultados de las elecciones recién pasadas tienen varias lecturas de las que, las élites deben sacar conclusiones, debido a la importancia que las mismas tienen a mediano y largo plazo, porque lo que sucedió es un claro mensaje que la población se cansó del actual modelo piramidal de clases, en las que se ha incrustado al poder económico tradicional, el poder emergente, producto de negocios sucios.

Un análisis de los resultados del reciente episodio político, es que se manifestó un evidente rechazo hacia el actual sistema estatal, un elemento determinante es el aumento del voto nulo, sumado al voto en blanco, que aunque no se encuentra legislado es una forma de expresión de rechazo contra el sistema, que suman la bicoca de 1,341,427, de un total de 9,361,068 de empadronados, es un porcentaje muy elevado, y por lo tanto una clara manifestación de repudio absoluto a la clase política, la que debe realizar un profundo repaso a lo manifestado por los votantes, no pueden continuar como si nada hubiera pasado, las revoluciones no solamente se llevan a cabo con las armas, también existen otras formas de hacerlas.

Otro mensaje, al que se le debe dar una lectura muy profunda, es la forma de votar de quienes lo hicieron, en esta oportunidad, fracasaron totalmente las encuestas y las predicciones, porque se menospreció el sentido común, el cansancio y el hartazgo de la población, el cacicazgo se tambaleó, y con ello algunos, que no todos los representantes salieron del tablero, lo más interesante, el mensaje bobo, que lo hay y mucho, el exhibicionismo barato de mujeres y hombres, como única propaganda no funcionó, los ciudadanos queremos contenidos, no bailes, bromas o chistes baratos, para eso está el circo.

La abstención, que debemos entender como un repudio al sistema, fue más que reveladora, por lo que se debe ver más allá, si tomamos en cuenta que según el INE la proyección de población al 2022 era de 17,357,886, y los empadronados son 9,361,068, por lo que se infiere que no se encuentran empadronados, aproximadamente 7,996,818 personas, todo esto sin tomar en cuenta el caudal de no censados que existe, vale la pena preguntarnos, ¿Por qué no se ha empadronado un 46% de la población? Consideramos que este grueso de la sociedad piensa que estar empadronado no tiene beneficio alguno, debido a que gobierne quien gobierne, igual tiene que procurarse las cosas del vivir.

En el marco de una población, que se siente carente de políticas sociales, económicas, culturales y financieras, por medio de las que el Estado debería devolver los impuestos que le son extraídos, por medio de servicios públicos, obligación que se considera no se cumple, porque nos encontramos ante una ausencia total de servicios básicos de calidad, adicional a esta carencia de respuestas reales, se encuentra la clase política en los últimos tiempos, inmersa en una corrupción galopante que se ha apoderado de la mayoría de las instituciones públicas, mientras el país se endeuda impúdicamente.

En ese contexto la población ha dado un golpe en la mesa, y aunque no fueron todos, son muchos de los rostros más controversiales de la política que quedaron fuera de ella, ni el acarreo, que lo hubo, les permitió continuar, tanta es la molestia, la decepción y el enfado para con los políticos actuales, que se dieron varios disturbios porque no se aceptaron los resultados.

En este momento, es tan importante quienes fueron electos, como quienes no lo fueron, situación que no solamente debe ser tomada en consideración, debe ser analizada por las élites que han detentado el poder real, porque este es el primer paso de cambios que la misma población va a llevar a cabo, con los instrumentos que la democracia le proporciona.

Los principales culpables son los que no han hecho nada por cambiar las condiciones del país, adicional a que, para mantener sus privilegios han permitido y fomentado que crezca la corrupción, de una forma escandalosa, tanto que se ha adueñado de instituciones consideradas sagradas.

Es la corrupción, señores, es la corrupción, no se asusten del monstruo que han creado.

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