María Alejandra De León Quiñonez
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Jóvenes por la transparencia
Tu voz es importante. Tienes el derecho de decir lo que piensas, compartir información y luchar por una sociedad libre que te permita expresar tus ideas. Sobre todo, tienes el derecho a pensar diferente y a estar o no estar de acuerdo con quienes te rodean.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha encargado de establecer la relevancia de la libertad de manifestarse libremente en una sociedad democrática, utilizada como instrumento para su ejercicio y garantía de su desempeño. Es la piedra angular, ya que permite disuadir los abusos de poder a través de la formación crítica de la opinión pública.
La libertad es un derecho inherente a las personas originado por la simple existencia humana. Escrito esto, la libertad de expresarse es un derecho fundamental que permite a los seres humanos manifestar su parecer respecto a lo que los rodea, en ella se protege el derecho a que expresen públicamente su pensamiento.
Bajo la coyuntura de un país como Guatemala, es imprescindible que la población conozca que además de tener el derecho a la libre expresión de sus pensamientos, tiene el derecho y la libertad de acceder a información pública. La población guatemalteca puede y debe buscar, difundir y recibir información e ideas que le permitan actuar bajo un pensamiento crítico cumpliendo su rol de fiscalizadora de la gestión gubernamental, favoreciendo la participación ciudadana en los procesos democráticos y ser dignificada por medio del intercambio de opiniones e información.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, interpretada por la Corte Interamericana, indica que existen dos dimensiones respecto a la libertad. La primera, una dimensión individual que hace referencia al estrecho vínculo entre el derecho de expresarse libremente a través de la palabra o escritura y el derecho de utilizar mecanismos idóneos para trascender su pensamiento. Mientras que la segunda es una dimensión social, que establece una forma masiva en las que se comunican las personas con el objetivo de intercambiar ideas e información.
Por tanto, entendiendo las dos dimensiones de la libertad de expresión, el Estado de Guatemala debe reconocerlas y garantizarlas a través de la Constitución Política de la República de Guatemala y las ratificaciones de convenios en materia de derechos humanos. Sin embargo, desafortunadamente, el derecho a la libertad de expresión es algo que solo queda plasmado en papel, sin cumplirse verdaderamente en el diario vivir de los guatemaltecos
No es noticia nueva la criminalización que sufren periodistas encargados de informar a la población guatemalteca respecto a hechos que afectan a la colectividad, las detenciones arbitrarias de defensores de derechos humanos, o la criminalización injusta de quienes prestan auxilio al sistema judicial guatemalteco. A través de estos actos queda demostrado que la libertad de pensamiento es solo una utopía, que no existe verdaderamente el derecho a la libertad de expresión ni la posibilidad de comunicar o intercambiar ideas e información.
Finalmente, necesitamos una prensa libre, que informe sobre los asuntos que afectan a la población. Quienes ejercen el periodismo no deben enfrentarse a represión y/o agresiones, ni estar sujetos a censura previa. La libertad de expresión implica deberes y responsabilidades, pero dichas responsabilidades deben estar expresamente establecidas por la ley.
Recuerda que los buenos líderes tienen la capacidad de escuchar y compartir lo que piensan sin necesidad de tener las mismas ideas.