Emerson Salguero
Licenciado en Relaciones Internacionales con especialización en políticas públicas, consultor en proyectos de juventud y asuntos públicos. Embajador de la Paz por One Young World y la Comisión Europea. Promoviendo la participación ciudadana y el liderazgo en la asociación juvenil Involúcrate.
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Recuerdo cuando en 2015 participé en la fiesta cívica electoral y voté por primera vez. Emocionado al cumplir 18 años, me empadroné para poder ejercer mi voto para el binomio presidencial, la alcaldía, mis representantes en el Congreso y en el Parlamento Centroamericano. Y, sobre todo, viví un momento histórico. Muchos jóvenes recordamos con nostalgia aquel momento porque hicimos historia. Marcó un despertar ciudadano que nos daba esperanza a los que soñamos con una Guatemala más transparente, con mayor justicia, incluyente y llena de oportunidades para todos y todas. Millones de guatemaltecos y guatemaltecas nos unimos sin importar la etnia, raza, posición económica, religión, ideología o cualquier otra condición; y, protestamos pacíficamente en contra de la corrupción sistémica y la política tradicional.
Las manifestaciones constantes y paros nacionales ayudaron a presionar para que el binomio presidencial de ese entonces renunciara y en las urnas dijimos: #NoTeToca al señor rojo y a la señora verde. Sin embargo, cometimos el error de darle la oportunidad al “menos peor” y aquí seguimos pagando los platos rotos. Pero como dice el dicho “No hay dos glorias juntas”. En los últimos años, se han desvanecido las esperanzas e ilusiones del 2015. Nuestra democracia sigue debilitándose, con una sociedad polarizada, los poderes cooptados y la corrupción en potencia.
Pero estamos a tiempo de cambiar el rumbo del país. Las elecciones del 2023 son nuestra nueva oportunidad. Las juventudes somos clave en este proceso para elegir a nuevos liderazgos, representantes sin tachas y renovar las instituciones. Debemos accionar y hacer escuchar nuestras voces. Promover el despertar ciudadano para recuperar nuestra democracia a través del ejercicio de nuestra ciudadanía con el empadronamiento y el voto.
El empadronamiento es el primer paso para activar la participación ciudadana. Es el procedimiento por el que una persona guatemalteca mayor de 18 años se inscribe ante el Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para ingresar al padrón electoral y habilitar su derecho a votar y ser electo o electa. El empadronamiento es voluntario, gratuito y personal, y se hace presentando el DPI. Existen varias opciones para hacerlo: visitando tu delegación más cercana del TSE; con el empadronamiento automatizado con el Registro Nacional de las Personas al momento de gestionar por primera vez tu DPI o tu reposición; y, a través del https://portalweb.tse.org.gt del TSE creando un usuario y solicitando empadronarte.
Hasta el momento, hay 8,452,636 empadronados y las juventudes entre 18 a 30 años representan aproximadamente el 24.55% del Padrón Electoral. Además, según datos el TSE, existen 3 millones de personas que están en edad de empadronarse y aún no lo han hecho. Estamos a la vuelta de la esquina de la fiesta cívica electoral. Por lo tanto, preparémonos, participemos e informémonos. Estemos vigilantes sobre los posibles candidatos a los cargos públicos para fiscalizarlos. Población LGBTQIA+, pueblos indígenas, mujeres, jóvenes, estudiantes, ¡empadrónense para poder votar! Nos vemos en las urnas 2023.