Jóvenes por la Transparencia

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David Chávez*
davidalexanderch1@gmail.com

La libertad es la facultad que poseemos para elegir de forma responsable la manera de actuar dentro de una sociedad. Para los jóvenes ésta se ve sutilmente limitada por medio del aparato estatal.

Hablemos del funesto Estado conservador que se beneficia y se encarga de deslegitimar nuestro papel en la sociedad, pues sabe que los jóvenes somos la clave y el inicio del cambio que necesita Guatemala para empezar a vivir de forma libre y dejar de sobrevivir en el sistema rancio en el que estamos hundidos.

No es secreto que a lo largo de los años los distintos gobiernos no han podido administrar de forma eficaz sus atribuciones públicas, logrando así limitar la libertad y la calidad de vida de las y los guatemaltecos. Es por eso que la participación social y la construcción de la ciudadanía a través de la democracia, es un reto que debemos estar dispuestos a tomar como juventudes. Por supuesto que no somos los mesías que vendrán a salvar a todos los habitantes. Pero claro, tenemos la responsabilidad de iniciar ese anhelado cambio que por años diferentes generaciones han buscado.
Se ha demostrado que los gobernantes no tienen ningún interés en involucrarnos en los debates de los problemas públicos y como muestra de ello los invito a investigar cuántas políticas públicas se han formulado en beneficio de la juventud guatemalteca, qué proponen y cómo se están ejecutando ¡se sorprenderán!
El sector público en Guatemala no se ha preocupado de diseñar el ambiente óptimo para albergar a una sociedad mayoritariamente joven, entonces ¿por qué seguir esperando que los burócratas nos resuelvan todas las problemáticas que nos afectan como juventud?
Por eso es importante nuestra formación y participación ciudadana.
Se trata de que nos involucremos en las distintas formas de hacer política, estableciendo una cultura de fiscalización social.

Los gobiernos no tienen ningún interés en que estemos organizados, pues eso acabaría con la posición tan cómoda en la que los burócratas viven.

Pongámosle nombre al problema «la ineficiente acción de la administración pública para resolver los asuntos que competen a la juventud». Ahora construyamos las posibles soluciones, propongo: la organización juvenil, la cual se refiere a consensuar y establecer un ultimátum a las acciones catastróficas de los gobiernos. A través del empoderamiento juvenil que inicia en el plano individual, seguido de la creación de espacios donde podamos expresarnos de manera objetiva, compartiendo nuestros conocimientos e ideas, logrando establecer la universalidad que radica en la cultura del debate.

Trabajemos para ser escuchados, actuemos y construyamos el escenario perfecto para lograr vivir en libertad.

Consideremos que una acción constructiva requiere que estemos informados de todos los panoramas sociales en los que vivimos.

Utilizamos herramientas como las redes sociales para alzar nuestra voz y llegar a más jóvenes que estén dispuestos a reconstruir la sociedad.
También se ha demostrado que organizaciones privadas, no gubernamentales, han sido un excelente aliado en la implementación del ejercicio de la fiscalización y rendición de cuentas, luchando contra las acciones incongruentes de los gobiernos.

Ya no hay tiempo para victimizarnos, sabemos que el Estado debe reformularse y que a los gobernantes de turno no les interesa hacerlo.

Es hora de actuar, educarnos, informarnos, apoyarnos y tomar la responsabilidad de nuestro presente. Porque los únicos que salvarán a las juventudes seremos nosotros, los jóvenes.

*Soy estudiante de Ciencia Política, amante y defensor de la libertad y la propiedad- comprometido con el necesario cambio centroamericano.

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