Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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El día de ayer amanecimos con otra tragedia más, de esas que hemos vivido tanto y que nos conmocionan por unos días hasta que el corre corre diario nos entretiene. No he podido dejar de pensar en esos familiares que perdieron seres queridos, en especial a los niños, porque tenían toda una vida por delante que les fue cortada repentinamente.

Caritas dulces de niños que inspiraban nada más que ilusión y ternura y que ahora fueron rescatados en medio del dolor y esfuerzo de los socorristas y vecinos que están dando la milla extra para dar con los cuerpos de los fallecidos y ubicar a los desaparecidos.

Invertir en capital humano debe implicar que se generen las condiciones para que las personas que viven en lugares inhabitables puedan acceder a vivienda digna. Debe generarse un modelo en el que todos ganen y probablemente, al Estado le tocará subvencionar una parte y por algún tiempo, pero con todos los chorros de corrupción que hay que cerrar sin duda que se pueden ubicar los recursos.

Se necesitan ciertos ajustes normativos que dependerán de la voluntad del legislativo, de las municipalidades y demás dependencias relacionadas en los procesos de construcción, pero la gente que vive en zonas de riesgo debe saber que si salen de esos lugares podrán aspirar a más y mejor.

Se dieron avisos que el lugar es inhabitable pero pasa lo de siempre. La gente estima que no tienen a dónde ir y prefieren quedarse a correr el riesgo hasta que pasa una tragedia como la que ahora nos enluta.

Y en medio de esta situación el tema del presupuesto 2024 cobra más relevancia. Hay quienes se han enfocado en el monto por el solo hecho que Semilla, especialmente Samuel Pérez, en eso se fijó el año pasado sin ahondar tanto en los detalles de cómo, dónde y quiénes estaban haciendo fiesta en el Centro del Gobierno que ha mandado en el reinado de Alejandro Giammattei.

Cuando el mismo diputado llevó la voz cantante para pedir más dinero, los opositores políticos se fijaron exclusivamente en el monto y ayer el diputado electo, Jonathan Menkos llevó la discusión a otra arena: el tema de la transparencia, lo que el incremento significa en función del Producto Interno Bruto y su plan de Gobierno.

Las nuevas autoridades saben que podrán tener eficiencias atacando la corrupción pero no saben exactamente cuánto y por eso también será importante que ahora se ahonde en las condiciones que planean generar para que haya más y mejor inversión en el país.

En temas como Infraestructura y Salud habrá muchísimo dinero para eficientar y transparentar el gasto y necesitamos ajustes para fortalecer el Estado de Derecho, la certeza jurídica, la remuneración de funcionarios y quitar al Congreso el foco de las concesiones que tanto nos impiden avanzar.

A Semilla, como a VAMOS, como a FCN, como al PP, como a la UNE, como a la GANA, como al FRG, al PAN, MAS y la DC debemos demandarles transparencia en la ejecución y que los recursos se utilicen para invertir en capital humano, pero nuestra discusión y petición también debe estar orientada en cerrar los chorros de corrupción que dejaron abiertos todos los que vinieron antes.

De esos chorros de corrupción que ayer ningún oficialista y/o quienes perdieron la elección presidencial y que están representados en la Comisión de Finanzas habla porque es más fácil irse por la tangente que hablar de esos focos de corrupción que han servido para que muchos congresistas, incluidos muchos en la comisión, acumulen dineros que nunca lograrían de forma honrada y eficiente en el sector privado.

La gente habló en las urnas y demandó transparencia. Con el monto del Gobierno actual o el entrante, lo que quiere la gente es que se maneje bien porque sean Q124 o Q126 mil millones la gente necesita sentir que ese dinero se invierte en el desarrollo integral del guatemalteco y no solo en el desarrollo de los funcionarios y sus aliados particulares con los que se orquestan para animar la corrupción.

Como ciudadanos nos toca demandar, en esta nueva etapa de la vida nacional, hechos que nos materialicen un futuro menos alejado de la corrupción, más aliado a la transparencia y muy comprometido con la acción del cambio que nos permita aspirar a un futuro mejor.

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