Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
A raíz de lo que hemos vivido en los últimos años, los guatemaltecos sensatos y que tienen el desarrollo del país como algo vital, hemos visto lo que ha acontecido con el afán de seguir haciendo lo que se hizo bien, enmendar lo que no era el camino correcto y uno de esos aspectos a mejorar es el sistema de justicia.
Mucha gente desde hace más de 10 o 15 años ha venido sufriendo las injusticias que provoca el incumplimiento de plazos y el que los jueces estén amarrados a un sistema que responde a magistrados como Blanca Stalling, por mencionar ahora tan solo una de las limitantes que pueden tener los jueces que buscan independencia judicial.
A partir de los meses venideros creo que existirá sensatez para que las nuevas autoridades provoquen un debate de altura en función de la recomposición del tejido social y las formas en las que se puede buscar justicia sin vivir en medio de péndulos en los que privan las venganzas y más que la averiguación de la verdad.
Y traigo a colación todo lo anterior, porque el caso de Claudia González evidencia más ese callejón sin salida en el que se han metido las autoridades del Ministerio Público (MP) y en el que ya no saben cómo parar.
Llegaron un punto de no retorno. Saben que sus acciones han complicado el ejercicio de sus cargos.
Hay que recordar que el caso de Claudia González surge en unos de esos momentos de ataque al proceso electoral y con el afán de, según ellos, mandar un mensaje de “fuerza” en contra sus enemigos. El caso es porque “supuestamente” investigaron a Blanca Stalling, pero olvidan que hasta los diputados del momento levantaron la inmunidad en contra de la ahora otra vez magistrada y en contra de ellos no se enderezan acciones del MP.
Los congresistas, en función de lo que vio la Comisión Pesquisidora, hizo un informe y fue el pleno del Congreso el que decidió levantar la inmunidad.
Además, González no era funcionaria pública y por tanto no le puede endilgar un delito que pueden cometer exclusivamente los funcionarios públicos.
Ella saldrá eventualmente de prisión, no salió ayer porque el MP no podía vivir con otro bochorno. En horas de la mañana le filtraron al NetCenter una citación que hicieron a un testigo que ya falleció en el 2022 lo que da una señal que no tienen ni idea de qué investigan, puesto que su meta es atropellar la voluntad de los guatemaltecos.
Para usted que no es abogado, cuando se presenta un caso en tribunales, “supuestamente” el mismo entra a un sistema aleatorio y así como es como van “cayendo” los casos en las manos de distintos jueces, pero resulta que en los casos débiles que presenta el MP para cobrar venganzas, “casualmente” las causas caen en los juzgados de Jimmy Brener y Fredy Orellana.
Estos dos jueces son otros que saben que están metidos en un callejón del que ya no hay salida y que será cuestión de tiempo en lo que les tocará, igual que Consuelo Porras y Rafael Curruchiche, rendir cuentas por sus actos. Por eso es que desaparecen del mapa, queriendo fingir un premio, a Cinthia Monterroso.
A toda esta estructura del MP les está operando gente que hasta hace tan solo meses estaba en la cárcel por andar operando la elección de cortes, gente que toda su vida se ha movido en el sistema paralelo y saben que es cuestión de tiempo que esa y muchas otras cosas más salgan a la luz.
Hay que resolver la injusticia en contra de González, atender otras que puedan haber y empezar a trabajar en los términos de reforma que acordaremos los guatemaltecos con más influencia y compromiso, sabiendo que está ocasión habrá un Presidente que entenderá y estará dispuesto a liderar el tema para resolver de raíz algo que nos urge: vivir con certeza jurídica para tener un verdadero Estado de Derecho que no solo atraiga inversiones, sino que nos haga vivir mejor y en paz.