Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Edith González

Los Estados miembros de la OMS llevaron a cabo la segunda reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) para abordar la Cobertura Sanitaria Universal contra la Tuberculosis.

La OMS y el Banco Mundial informaron que más de la mitad de la población mundial no está completamente cubierta por servicios de salud esenciales. Tarea que corresponde a los gobiernos locales, pero que “al menos dos mil millones de personas experimentan dificultades financieras por tener que pagar de su bolsillo la asistencia sanitaria”.

Gasto no incluido en la canasta básica en Guatemala y que muchas personas debemos asumir pues los hospitales nacionales y centros de salud se encuentran, sin medicamentos ni vacunas y lejanos e inaccesibles para muchos.

En la reunión de ayer 22 de septiembre el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS dijo:

La tuberculosis es tan antigua como la propia humanidad. Afectando a reyes y reinas, poetas y políticos, revolucionarios, escritores, activistas y actores. Nadie se salvó. Ha tenido muchos nombres: peste blanca, mal del rey, escrófula, tisis.

Hace sólo 184 años que se le dio el nombre de tuberculosis. Y fue hace sólo 141 años que Robert Koch identificó la bacteria que la causa, que ha plagado a la humanidad durante milenios y todavía nos atormenta. En 2021, la tuberculosis mató a más de 1 millón de personas y afectó a millones más.

En el tiempo que me lleva hacer estas observaciones, 10 personas morirán de tuberculosis en algún lugar del mundo. La mayoría son pobres, marginados o desnutridos y los costos de bolsillo asociados con su tratamiento los exponen a dificultades financieras o los sumerge aún más en la pobreza.

En los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las naciones del mundo se comprometieron a poner fin a la epidemia mundial de tuberculosis para 2030. En la primera reunión de alto nivel sobre la tuberculosis hace 5 años, se establecieron objetivos ambiciosos para ampliar el tratamiento, la prevención, las pruebas, la financiación, la investigación y más.

Si bien hemos salvado millones de vidas, no hemos alcanzado esos objetivos. Como llegar con tratamiento a 40 millones de personas con tuberculosis, y llegamos a 34 millones. Llegar a 30 millones de personas con tratamiento preventivo, pero solo llegamos a la mitad.

Ahora contamos con herramientas nuevas y poderosas que no teníamos hace cinco años: Diagnóstico rápido para detectar tuberculosis en menos de dos horas y regímenes de tratamiento eficaces, incluso para la tuberculosis resistente a los medicamentos.

Hay una herramienta importante que todavía necesitamos: una nueva vacuna. La única vacuna contra la tuberculosis autorizada se desarrolló hace más de un siglo. Salva miles de vidas cada año al proteger a los niños pequeños, pero no protege adecuadamente a los adolescentes y adultos, quienes representan la mayor parte de la transmisión de la tuberculosis.

La OMS estableció un Consejo para acelerar la vacunación, facilitar el desarrollo, la concesión de licencias y el uso equitativo de nuevas vacunas contra la tuberculosis.

Algo que pudo haberse hecho hace muchos años y que esperamos que al estar lista la nueva vacuna, el nuevo gobierno guatemalteco pueda adquirirla y distribuirla equitativamente y no esperar las donaciones de países amigos y guardar el dinero asignado a las mismas como ocurrió con el COVID 19.

LA INSTAURACIÓN DE NUEVOS GOBERNANTES ES MOMENTO PROPICIO PARA ESTABLECER COBERTURA SANITARIA TOTAL EN LAS COMUNIDADES, DEMOSTRANDO VERDADERO INTERÉS POR SUS VECINOS.

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