Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
Las elecciones en Guatemala se dan con “lo que hay” como coloquialmente se dice y eso implica que las mismas no pueden abstraerse de las realidades del sistema que hoy nos rige.
El fin de semana arrancó con la noticia de la no inscripción del binomio del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP) por la falta de finiquito que aducen las autoridades en el caso de Jordán Rodas, argumentando que al meterse al sistema de la Contraloría General de Cuentas (CGC) le aparecen “cargos jurídicos y denuncia”.
MLP ha presentado recurso y ahora ya se han presentado impugnaciones a las candidaturas. CABAL de Mulet se fue contra la inscripción de Zury Ríos y TODOS de Felipe Alejos presentó recurso en contra de la inscripción de Sandra Torres. Un particular presentó recurso contra Cabal pero según la ley debe ser un partido quien presente el mismo y sin duda más impugnaciones se sumarán en los próximos días.
Pero de lo que pase y se resuelva en esta etapa dependerá mucho del futuro y el ambiente de las elecciones y por eso es clave que tanto el Registro de Ciudadanos (RC) como el pleno de magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) fundamenten sus decisiones más importantes porque la mínima confianza que existe en el proceso se puede evaporar en un abrir y cerrar de ojos.
Siendo abogado, sé que son argumentos y momentos distintos pero las autoridades tienen que entender que para el imaginario colectivo se limita a un candidato porque su antecesor le presentó una denuncia después que fue nominado vicepresidenciable y por tanto lo deja sin finiquito, pero se inscriben personas que abiertamente se reconocen “ser narcos” y eso genera diferentes reacciones y pensamientos en la sociedad en general.
El Registro de Ciudadanos no entró a los debates jurídicos de aquellas campañas que lo ameritan y eso le tocará ahora al pleno del TSE. Es bien importante que la fundamentación sea clara y concisa porque si para aceptar la invalidación de un finiquito basta una denuncia y cargos, será interesante cómo tratarán el 186 de la Constitución en el caso de Ríos y del vicepresidenciable de la UNE.
Ahora todo mundo pregunta quién va a ganar la elección y nadie puede siquiera hacer muchos escenarios porque al final no se sabe quién va a participar. La campaña es demasiado corta y los empujones, zancadillas y codazos estarán a la orden del día y por eso en medio de lo complicado que tenemos todo, es más sana la participación que la eliminación dudosa de candidatos.
Nosotros no estamos acostumbrados a eso, pero las urnas y el voto de las personas son el último deseo de voluntad de los ciudadanos que acuden a emitir su sufragio con la esperanza que este año sí sea diferente y cada proceso que pasa sin que las cosas cambien, incide en la apatía electoral.
Si las autoridades no dan la sensación que medirán con la misma vara, el proceso se verá más afectado y el riesgo que tenemos es que los grupos que desean meter sus manos de lleno en el mismo, se sientan a las anchas para pensar en otras cosas que incluyan el mismo día del evento electoral, es decir, el 25 de junio.
Ahora nos damos cuenta de lo complicado que es dejar los vicios del sistema sin atenderse y debatirse y también nos confirma que quienes en el Congreso se hacen llamar “reformistas” en realidad son “conformistas” que se terminan acomodando al sistema, a tener sus asesores y sus pequeñas cuotas haciendo lo necesario para no incomodar al sistema toda vez que mientras tengan sus beneficios, se creen que pueden vivir en el mundo de los más fuertes.
Insisto, los que quieren y necesitan el sistema para sus planes trabajan de la mano y los ciudadanos que queremos algo mejor, que necesitamos reglas claras, un Estado de Derecho y que todos actuemos bajo las mismas normas, seguimos sin lograr los mínimos y poco a poco iremos viendo las consecuencias, con la esperanza que más temprano que tarde atinemos a trabajar de la mano.