Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
Hace unos días, el Ministro de Gobernación y la Fiscal General anunciaron que habían capturado a unos agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) por andar pidiendo mordidas y llegar al punto de conducir a los ciudadanos a los cajeros para que sacaran dinero y les pagaran la mordida. Sin duda un hecho importante porque ha sido una práctica de siempre y ojalá eso alivie un poco a la población que siente temor que lo paren manejando sin haber hecho nada ilegal.
Ojalá sea un esfuerzo integral por castigar a los malos agentes y se lleven a cabo todas las acciones para dignificar a los buenos, muchos de los cuales han quedado marginados porque la institución volvió a ser el juguete de muchos cuando Jimmy Morales nombró a quien ahora se muere de ganas por ser candidato presidencial.
Dicho lo anterior, lo que no puede pasar es que Consuelo Porras quiera dar la sensación que la corrupción en el país se reduce al actuar de los policías porque si tenemos agentes que llevan a los ciudadanos a cajeros, hay funcionarios que llevan a otros a “bóvedas” con las cantidades de dinero que les piden.
Al igual que la realidad de los policías, está la de los funcionarios que andan “acomodando” las licitaciones para favorecer a los que ya “pactaron” la mordida. Aparecen funcionarios del Ejecutivo, diputados del Congreso y operadores particulares haciendo su agosto, pero estos “ángeles” tienen Consuelo y Porras.
Los “polis” que no tienen conectes con el Centro del Gobierno, los que no responden al Jefe de Facto del Gobierno y su red de personas con las que andan haciendo chinche el pisto, pararon presos mientras los saqueadores de bóvedas, del dinero de los guatemaltecos viven en una plena y completa paz.
Porras sale porque necesita “maquillar” su real obsesión y su compromiso con las mafias. La reelección quedo condicionada a dar impunidad a Giammattei, Miguel Martínez y Cía. e ir en contra de los operadores de justicia (fiscales y jueces) con los que la Fiscal General tiene una especie de venganza personal.
Pregúntele qué siente al honrado que no puede hacer mucho porque no se quiere meter al mundo de las “mordidas”, al ciudadano que sufre porque no se hace la obra ya que prefirieron robárselo todo sabiendo que ni el MP ni la Contraloría moverían un dedo.
Porras tiene todo el semestre para seguir haciendo de las suyas desde la sombra. A partir de enero quedará en evidencia como lo que es, porque no moverá un dedo para evitar los manoseos que el Centro de Gobierno hará de las elecciones, pero para ese entonces el silencio ciudadano la habrá permitido sentar las bases para la plena impunidad que buscan quienes la eligieron.
El sistema estará en su punto para actuar en contra de las voces que ella y sus jefes sientan incómodas.
El MP desistió de seguir con el caso de Blanca Stalling pero ella, como los policías, andaba buscando beneficios que no eran apropiados. Como ahora será una operadora útil para todo lo que viene tuvo sus beneficios y está a punto de regresar a la Corte Suprema.
Alejandro Sinibaldi es un férreo defensor de Consuelo y ahora se vuelve pieza clave para la venganza personal de Porras y que no nos extrañe que pronto Manuel Baldizón pasará a tener notoriedad como querellante adhesivo en casos en los que Porras fijas sus Consuelos.
Eso es lo que se ha construido gracias a la gentil indiferencia de la mayoría y ahora nos tocará vivir las consecuencias. Nadie podrá pretender que no sabía cuando el sistema le arranque una mano.